Tras analizar las causas del fallo del vehículo, Ferrari llegó a la conclusión de que se detuvo por un problema de lubricación.
Y precisamente la unidad de potencia de la 'Scudería' ha protagonizado el primer quebradero de cabeza para los ingenieros del equipo italiano. El motor de Vettel falló durante el tercer día de los test de Barcelona y en Ferrari se vieron obligados a cambiar el propulsor del alemán, mientras que el motor averiado era enviado a Maranello para su estudio. Y menos de una semana después ya hay diagnóstico: se descartó un problema eléctrico y el fallo está causado por un problema de fuga de aceite en el motor de combustión.
En Ferrari han atajado el problema a tiempo, evitando roturas mayores en el V6 y se presentarán en la segunda semana de test con el contratiempo resuelto. Además, para esta segunda tanda de tres días se prevé que el SF1000 ruede con la mayoría de componentes que usarán en la primera carrera del año, la del GP de Australia.
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