Desde el 2004, año en el cual se realizó el único referendo revocatorio, existe en Venezuela una forma tácita y no prevista por la Constitución que yo, con un poco de fantasía llamo “populismo del trueque”, que consiste en lo siguiente: El gobierno regala, bajo el sugestivo apodo de “misión” una pequeña cantidad mensual de dinero a esa pobre gente a cambio de su voto pero bajo la amenaza de que, si el gobierno pierde…se acabó la misión. Y esas cosas del pasado hay que decirlas, hay que mantenerlas vivas, porque el venezolano es olvidadizo.
Un viejo y conocido refrán chino recomienda “no regalarle el pescado al pobre, sino enseñarle mas bien a pescar”…pero si el pobre aprende a pescar se acaba su estado de emergencia y perdería entonces efectividad una frase ciertamente cínica pronunciada por un viejo ministro de Chávez, el comunista Giordani, cuando decía que los pobres son nuestra riqueza y no podemos perderla. Que triste y que que barato! Por lo visto que en ese “cambalache del siglo XXI”, usando una terminología tanguera, salga perdiendo el país y se alimente la corrupción y la vagabundería, es completamente secundario! A tal propósito tienen que saber - esas tambien son cosas que hay mantenerlas vivas y presentes - que de acuerdo al artículo 72 de la Constitución, transcurrida la mitad del período por el cual fué electo el presidente, un numero no inferior al 20% de los electores inscritos podrá solicitar la convocación de un referendo para revocar su mandato y da la casualidad que la mitad del período caía justamente en el 2003 y no en el 2004! El problema es que para esa fecha las encuestas indicaban claramente una victoria del “SI”, o sea de la revocación del presidente. ¿Qué hacer entonces? O anular el referendo en virtud de aquel famoso principio expresado por Nicolás Maquiavelo en su obra cumbre “El Príncipe” según el cual a un gobernante siempre le sobran razones para “colorear” sus decisiones …pero eso hubiera significado un golpe de estado y en pleno siglo XXI, eso era inadmisible. La otra, en cambio, era la de ganar tiempo para tratar de convencer a esa parte de pueblo que, según las encuestas era favorable al “si” para que cambiara de idea. Y así, con el asesoramiento del régimen dictatorial de Cuba, particularmente interesado en mantener y apuntalar el chavismo, puesto que de su permanencia en el poder dependía y sigue dependiendo Cuba, se comenzó a aplicar esa dichosa política del “trueque” a través de treinta y más misiones limosneras.
El primer paso fue inhabilitar las firmas recogidas, en plena sintonía con el notorio principio maquiavélico arriba mencionado alegando que eran falsas y que habían puesto a firmar hasta a los muertos, de manera que hubo que recoger y no solamente una vez, las firmas necesarias para convocar el referendo! Luego, con mucho esmero y con mucha organización, puesto que de su éxito dependía la supervivencia del régimen, se puso activo el dichoso plan misionero dando comienzo a esa política del trueque con la cual ciertamente no se ha resuelto el problema de la pobreza pero si se ha condicionado la vida política y económica del país.Luego, como consecuencia de la incompetencia y de la ineficacia del personal chavista, ha drasticamente bajado la producción, logicamente el P.I.B. (producto interno bruto) y por consiguiente las entradas de dinero. Y así Venezuela, uno de los países más ricos del mundo, ya no tiene dinero! Espero solamente que cuando la gente tome finalmente conciencia de ese vulgar cambalache y de la dramática situación que vive el país... no sea demasiado tarde!
Desde Italia - Paolo Montanari Tigri