En vísperas de una campaña política en la que el régimen venezolano busca confirmar su poder en el terreno local, el presidente Nicolás Maduro ha hecho unos guiños hacia Colombia que en principio parecerían amistosos, pero en los cuales el Gobierno y los empresarios nacionales no han querido creer.
Según El Tiempo de Colombia Primero fue la decisión de quitar algunos contenedores que bloqueaban el paso en los puentes que unen a Norte de Santander con el Táchira, hecho que fue entendido como un gesto del régimen. Sin embargo, el presidente Iván Duque dejó en claro que no creía mucho en esas actitudes de Maduro.
“Quiero también dejar claro que nosotros los colombianos no nos vamos a prestar para ser idiotas útiles de las pretensiones electoreras que pueda tener la dictadura de cara a las elecciones locales que quieren adelantar en Venezuela”, sostuvo Duque al referirse a la apertura del paso.
Y la respuesta de Maduro fue lanzar una invitación a empresarios colombianos a “retomar” inversiones en ese país, las cuales están interrumpidas desde hace varios años no solo por el cierre fronterizo, sino por la morosidad en los pagos.
“Bienvenidos, colombianos y colombianas, venid a mí, venid a nosotros con vuestras inversiones, vengan con sus inversiones, aquí está México, produciendo, trabajando; aquí está Brasil invirtiendo”, dijo Maduro durante una alocución transmitida por la televisión oficial del país vecino.
“Mucho cuidado con los discursos que vienen con cantos de sirena desde la dictadura de Venezuela. Ahora salen a hablar de manera bella invitando a que lleguen los inversionistas a ese territorio, que no pretenda el dictador borrar la historia” fue la respuesta que dio Duque desde Cúcuta a la invitación de Maduro.
Precisamente, esa invitación llega después de seis años de interrupción del intercambio comercial por la extensa frontera terrestre de más de 2.000 kilómetros que comparten ambos países, y que alcanzó a estar sobre los 11.000 millones de dólares anuales, según cifras suministradas por el propio Maduro.
Para Mauricio Jaramillo, catedrático de la Universidad del Rosario, lo que se está dando es algo “normal” porque Venezuela experimenta una “mínima reactivación” en la medida que las remesas provenientes del exterior se han incrementado y se ha mejorado su producción petrolera.
“Creo que es normal, coherente y lo que debería hacer Colombia es tener una relación con Venezuela, abrir algunos canales diplomáticos, pues es necesario tener una interlocución”, dijo Jaramillo.
Pero Jairo Libreros, catedrático de la Universidad Externado, considera que el “dictador Maduro” lo que está buscando es enviar un mensaje de que con esa apertura se está normalizando la relación y por eso la invitación a los empresarios a invertir.
“Está alborotando el avispero, le interesa generar debate y desgaste de la figura del presidente Duque como líder del cerco diplomático y está haciendo bulla porque piensa en sus elecciones de noviembre, pero también en las presidenciales del próximo año en Colombia, desgastando al Centro Democrático”, dijo.
Para el exconcejal Juan Carlos Flórez, la apertura de la frontera con Venezuela debe depender de las necesidades de la población fronteriza, “tan duramente golpeada por el tongo le dio a borondongo entre Maduro y Duque, que nada bueno trajo”.
En esto coincide Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, quien estimó que los dos presidentes “son convidados de piedra”, en la medida en que es la gente de la frontera, de la mano de sus autoridades y gremios, la que viene “tejiendo” ese diálogo y esos acuerdos puesto que son los afectados.
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