La Policía de Perú capturó a Rubén Moreno Olivo, el sicario más buscado del país, después de que a finales de junio pasado se conociera que había sido liberado a pesar de que cumplía 25 años de cárcel, lo que llevó a la destitución de las autoridades penitenciarias, informaron este domingo medios locales.
Moreno, conocido como «Goro», fue capturado durante la noche de este sábado en una vivienda del distrito limeño de Los Olivos por fuerzas especiales de la Policía Nacional del Perú (PNP) y ya se le condujo al penal de Piedras Gordas, en el distrito limeño de Ancón, para que siga cumpliendo su condena.
El ministro del Interior, Carlos Morán, informó que el sicario no opuso resistencia durante la intervención, mientras que el director de la PNP, José Luis Lavalle, agregó que estaba con su cónyuge y su suegra en una casa alquilada hace 20 días.
«Es una buena noticia para el país», expresó Morán sobre la resolución de este caso que, tras hacerse público el pasado 26 de junio, propició la destitución de todos los miembros del Consejo Nacional Penitenciario.
Esa decisión fue tomada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MinjusDH), que ordenó que se formalice una denuncia penal y se abran procedimientos administrativos y disciplinarios contra los funcionarios que estuvieron involucrados en su liberación.
A pesar de que cumplía una condena de 25 años de cárcel por haber atentado contra la vida del fallecido consejero de la región norteña de Áncash Ezequiel Nolasco, Moreno fue liberado con una orden de arresto domiciliario emitida en febrero pasado por el juez Richard Concepción, tras vencer el plazo de prisión preventiva dictado en otro proceso que se le sigue por asesinato.
Concepción había precisado que su resolución solo debía ejecutarse «siempre y cuando no cuente y/o registre mandato de detención en su contra emanado por la autoridad competente».
Fiorela Nolasco, hija del consejero asesinado, denunció que las autoridades penitenciarias argumentaron que no tenían el documento de la sentencia a 25 años de cárcel, emitida en enero de 2015 por un tribunal de la Corte Superior de Justicia de la provincia norteña del Santa por homicidio calificado en grado de tentativa.
La justicia peruana considera a «Goro» el jefe de una red de sicarios presuntamente liderada por el exgobernador de la región de Áncash César Álvarez (2007-2014), quien el pasado 11 de junio fue sentenciado a 8 años y 3 meses de prisión por haber recibido 2,6 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht en 2011.
Álvarez se convirtió en el primer político peruano en ser condenado por ese gigantesco caso de corrupción internacional, que involucra a expresidentes y altos funcionarios.
Moreno, por su parte, fue acusado de reclutar a delincuentes para que atentasen en 2010 contra Nolasco, en un ataque en el que murió el hijo del consejero regional, que por entonces denunciaba los presuntos actos corruptos de Álvarez.
Además, se le imputa el asesinato en 2013 de Hilda Saldarriaga, quien era considerada una «testigo clave» en el primer atentado contra Nolasco, y haber ordenado el nuevo ataque que finalmente causó la muerte del consejero, el 14 de marzo de 2014.
En agosto de 2017, la Corte Suprema de Justicia denegó el pedido de nulidad de la condena de 25 años impuesta contra el sicario y confirmó la sentencia. EFE
