El mandatario turco Recep Tayyip Erdogan anunció este miércoles el inicio de la operación militar contra las fuerzas kurdas en el norte de Siria, que fueron clave en la lucha contra el Estado Islámico pero son consideradas terroristas por Ankara.

“Nuestra misión es prevenir la creación de un corredor del terror en nuestra frontera sur, y llevar paz a la zona”, aseguró el líder nacionalista, fuertemente enfrentado con las milicias kurdas. También, dijo que cuenta con el apoyo del Ejército nacional sirio (rebeldes sirios apoyados por Ankara), y que se buscará “preservar la integritad territorial de Siria”.

Al mismo tiempo, cazas turcos han empezado a bombardear la ciudad de Ras al Ayn, en el noreste de Siria, en lo que parecen los preparativos de la planificada ofensiva terrestre. La cadena CNNTürk muestra en directo la imagen de columnas de humo procedentes de la ciudad fronteriza, controlada por las YPG, y asegura que se oye un continuo sobrevuelo de naves. “Se han registrado bombardeos pero también disparos de artillería en la ciudad de Ras al Ayn y sus alrededores”, reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Varios países muestran su preocupación por las consecuencias humanitarias de esta ofensiva. El gobierno francés emitió este miércoles una “fuerte condena” a la ofensiva, y dijo que pedirá una reunión en el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el asunto.

El presidente estadounidense, Donald Trump, que en un primer momento dio luz verde a esta operación, se desdijo posteriormente y garantizó que Washington “no ha abandonado a los kurdos”. El retiro de las tropas estadounidenses fue criticado por las fuerzas kurdas, que creen haber sido abandonadas por EEUU tras cuatro años de luchar en conjunto contra el ISIS, cuyo “califato” fue finalmente destruido en marzo. Desde entonces, los extremistas pasaron a la clandestinidad, sin control territorial. Lindsey Graham, senador estadounidense cercano a Trump, aseguró este miércoles que Turquía “pagará un alto precio” por esta ofensiva.

Rusia y Turquía, pese a apoyar a bandos opuestos en Siria, han aumentado su cooperación en los últimos años. Sin embargo, el martes, Moscú pidió que se eviten acciones que pueden ser contraproducentes para una posible resolución del conflicto, en un momento en que se ha formado en Siria un Consejo constitucional. Antes del anuncio de Erdogan, Vladimir Putin lo había instado a que “reflexione” antes de lanzar cualquier ofensiva en Siria.

Turquía aspira a controlar una franja adyacente a la frontera siria de 32 kilómetros de ancho y 480 de largo, desde el Éufrates hasta Irak. Ese territorio está dominado por las YPG, que han establecido una administración local de facto que preocupa a Ankara.

 




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