El Prolapso de Órganos Pélvicos se origina por el debilitamiento de los músculos y ligamentos que los soportan

El Prolapso de Órganos Pélvicos se origina por el debilitamiento de los músculos y ligamentos que los soportan, ocasionando el descenso de uno o más de estos órganos femeninos, como consecuencia de una alteración del funcionamiento de este mecanismo de suspensión. Viene acompañado del desencadenamiento de un conjunto de síntomas, tales como: la pérdida de orina con la tos y el esfuerzo, la imposibilidad para detener las ganas de orinar, el vaciamiento inadecuado de la vejiga al orinar, la dificultad para evacuar o pérdida ocasional de heces, la sensación de un bulto a través de la vagina y el dolor pélvico.

Inclusive pacientes con pequeños descensos de los órganos pélvicos, pueden tener la presencia de uno o más síntomas que alteran su vida cotidiana, según señala la doctora Silvia Piñango, cirujano general de la Clínica Santa Sofía con subespecialidad en Piso Pélvico.

En los casos severos la mujer puede ver y tocar una masa que sobresale por la vagina y en otros casos la paciente puede referir sensación de pesadez o dolor pélvico, dolor o incomodidad con las relaciones sexuales, incontinencia o dificultad para orinar o evacuar.

Pero, existen dos líneas principales de tratamiento quirúrgico para pacientes con síntomas de moderados a severos. La Cirugía de Reconstrucción, dedicada a la reconstrucción de la posición normal de los órganos con el empleo de los tejidos de la paciente o con la colocación de materiales protésicos (mallas). Y la Cirugía de Obliteración, con la cual se estrecha la vagina para ofrecer sostén a los órganos pélvicos.

Aunque está última opción es limitada a un grupo pequeño de mujeres, ya que luego de la intervención no podrá tener relaciones sexuales.

Como una opción de tratamiento alternativo, la doctora Piñango explica lo que llaman la Teoría Integral. Un sistema que incluye evaluación y tratamiento integral del piso pélvico, utilizado en países occidentales desde hace 15 años, de reciente data en Venezuela.

-Con este método se operan a las pacientes por la vía vaginal con técnicas mínimamente invasivas que reparan los ligamentos dañados, dando como resultado hasta el 80% de resolución y la mejoría de sus síntomas, destacó.

Rehabilitación del Piso Pélvico

Pensando en la prevención y el tratamiento integral de la patología del piso pélvico, Piñango explica que es común que se impulse el uso de la rehabilitación, a través de ejercicios de identificación, fortalecimiento y reentrenamiento de la musculatura pelviperineal y la incorporación de cambios de estilo de vida en la dinámica diaria de la mujer, tales como: el control de peso, cese del tabaquismo, control del estreñimiento, técnicas de relajación, uso de conos vaginales, biofeedback y electroestimulación, dependiendo de las características propias de cada quien”.

Explica la importancia de mantener el suelo pélvico en excelentes condiciones, como parte de la salud femenina, ya que cuando una mujer tiene un piso pélvico fortalecido, “disfruta de orgasmos más intensos, porque tendrá contracciones vaginales más fuertes que aumentarán la sensación de la mujer y de su pareja. Y tendrá mayor control de sus micciones, lo que significa que cuando puja, tose o estornuda podrá contraer efectivamente y evitar que la orina se escape, incluso retener la orina hasta el momento adecuado”, recalcó la Dra. Piñango.

Conos y Pesarios

Como parte del programa de entrenamiento del piso pélvico existen los conos vaginales, que son pequeños dispositivos intravaginales para localizar y fortalecer los músculos pélvicos. La paciente iniciará en casa una serie de ejercicios con la colocación y retención de los conos, con un aumento progresivo del peso y la disminución del diámetro del mismo.

Y las pacientes que quieran posponer la cirugía o tienen contraindicada esta intervención quirúrgica, pueden hacer uso de los pesarios como una alternativa conservadora de manejo de Prolapso de Órganos Pélvicos, ya que el soporte que otorgan los pesarios recoloca y fija en su sitio los órganos que han descendido, liberando de presión y facilitando la irrigación sanguínea y la oxigenación de los tejidos.

Se trata de unos dispositivos que son colocados fácilmente por la paciente. Sirven para elevar y dar soporte; recolocando los órganos (útero, vagina, vejiga o recto), cuando hayan descendido de su lugar habitual debido a la debilidad de los tejidos y músculos del suelo pélvico”, explicó la doctora Piñango.




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