Carlos Alberto Rodríguez Arráez tenia 36 años, hace tres meses salió en libertad de la cárcel de Puente Ayala, estado Anzoátegui, y sus familiares lo encontraron el 12 de agosto en la morgue de Bello Monte.
Rodriguez vivía en la Tercera Vuelta El Atlántico, de Artigas, Catia, de donde salió el martes 4 de agosto para hacer unas diligencias.
Como no regresó esa noche, su madre Maria Isadora Arráez pensó que se había quedado con una amiga, y se despreocupó porque el hombre solía pernoctar fuera por varios días.
El martes 11 estaba conversando con unos vecinos cuando un conocido se le acercó a preguntarle si a Carlos Alberto lo habían soltado, porque observaron cuando una comisión policial, supuestamente de las FAES, se lo llevó detenido junto con otras personas, en el boulevar Perez Bonalde, de Catia, en un operativo de chequeo de documentos.
Al preguntar por el motivo de la detención, dijeron que era por no respetar las medidas de protección por el coronavirus andando sin tapabocas.
Maria Isadora lo buscó en varios puestos policiales y hospitales, hasta que le notificaron en las FAES que estaba en la morgue. Allí lo reconoció por una foto del rostro, pero le dijeron que tenia un tiro en el pecho.
Rodríguez estaba desempleado. Entre sus documentos guardaba un oficio emitido por el Ministerio del Servicio Penitenciario, donde le otorgaron libertad el 20 de mayo.