En bicicleta y con varios envases llenos de agua. Así se le ve recorrer las calles del municipio San Diego, en Carabobo, a Ricardo Noguera. Lo hace para regar los árboles que ha plantado y evitar que mueran por efecto de la crisis climática que enfrenta el mundo.
Él no está solo. Es uno de varios activistas que ondean la bandera del ecologismo en la entidad y que se ha dedicado, desde 2019, con la fundación Sembremos Más Vida, a llenar de oxígeno y tonos verdes diferentes espacios que estaban deforestados, y otros usados como basurero y depósito de escombros.
El objetivo de él es claro. “Nos encargamos de recolectar semillas de árboles forestales y ornamentales como el samán, apamate, araguaney, caoba y flamboyán para germinarlas, hacerlas crecer en nuestro vivero en casa y luego ir sembrando y cuidando esos árboles para verlos prosperar”.
También realizan un trabajo de educación porque son muchas las personas que no reconocen a los árboles cuando están pequeños y “les parece una matica más, los pisan, y hasta trabajadores de las alcaldías y gobernación que tienen la responsabilidad de protegerlos los cortan”.
Es por eso que tratan siempre de proteger las plantaciones pequeñas con estacas y las identifican. “Son bebecitos que hay que cuidar para que crezcan en tres años”.
El camino que recorre Ricardo es de, aproximadamente, un kilómetro, desde el lugar donde llena los envases de agua hasta el que llaman “paseo esperanza”, en la avenida Don Julio Centeno, diagonal a la embotelladora de la alcaldía, donde han sembrado varios árboles ornamentales y algunos arbustos.
“Ha sido un trabajo de hormiguita… Hicimos inversión de una bicicleta, una carrucha, tenemos campañas para recolectar potes de cinco litros para llenarlos y regar los árboles que tenemos en diferentes zonas de San Diego”.
Trabajo en equipo
Este domingo 29 de mayo es el Día Nacional del Árbol y el objetivo de diferentes fundaciones ambientalistas es que no se limite a ser una efeméride para realizar unas cuantas actividades, sino que la colectividad incluya en su estilo de vida prácticas amigables con la naturaleza.
Además del “paseo esperanza”, han sembrado árboles en La Esmeralda, frente al Colegio Universitario Monseñor de Talavera y en el parque Los Conejos.
También hay un proyecto ambiental en el Paseo Orégano, ubicado en El Morro donde se ha fusionado la naturaleza con el arte y la cultura. “Es un plan ambicioso que nació del diagnóstico que determinó que la mayoría de nuestros vecinos carecen de educación ciudadana, por eso estaban ocurriendo actividades que afectaban el medio ambiente circundante”, relató uno de los impulsores de este proyecto, Víctor Barranco.
Se trata de un espacio que estaba convertido en basurero, donde arrojaban animales muertos y escombros, ahora es un sitio emblemático y de esparcimiento en la cota 495 a las faltas de las Filas de Orégano.
“Ahí vemos ver la unión de instituciones públicas, empresa privada y vecinos conjugados para crear un ambiente para todos nosotros”.
Ellos insisten en que la colectividad debe sumarse a estas acciones por las futuras generaciones. “Cada árbol nos genera sombra, oxigeno y belleza, porque los ornamentales nos alegran la vida”, expresó Noguera.
La labor que realizan la hacen de manera responsable y consciente. Por ejemplo, saben qué tipo de árbol sembrar en determinado lugar para no afectar el tendido eléctrico.
Para ser parte de esta iniciativa pueden escribir por Instagram a @sembremosmasvida, a unirse como voluntarios del proyecto ecológico para reciban semillas, participar en charlas y talleres y comenzar a ejercer acciones efectivas con resultados a mediano y largo plazo.
