Es importante y preciso que exista una persona que cuente con las cualidades y características necesarias para encauzar y motivar al resto de la gente al logro de todos los objetivos propuestos por una organización. www.gestiopolis.com

Un buen líder es aquel capaz de motivar e inspirar a sus empleados, además de fomentar su entusiasmo por los proyectos que se están realizando. Un empleado motivado es un empleado productivo. La consecución de los objetivos del equipo y de la organización son elementos esenciales para mantener un ambiente laboral positivo.

Un buen líder debe ser capaz de reconocer las aptitudes y habilidades especiales de las personas que conforman su equipo y, lo que es más importante, de saber cómo utilizarlas para el beneficio de la empresa. Cuando un trabajador se destaca, su supervisor inmediato (el líder) debe alentarlo para que siga motivado y pueda seguir desarrollando su talento.

De acuerdo a los resultados de las últimas investigaciones sobre las cualidades y rasgos que deben tener un buen líder, figuran entre otras las siguientes: paciencia, humildad, tolerancia, confianza en si mismo, capacidad para concebir y adoptar decisiones y habilidades de comunicación.

A continuación se describirán brevemente cada una de ellas y cómo se ejercen en el liderazgo

La paciencia es una actitud positiva y un rasgo de madurez. Los buenos líderes apuestan por el «A camino largo, paso corto». Si un buen líder no es capaz de controlar las circunstancias externas sin perder los estribos, para empezar no se lo tendría que llamar líder.

Las competencias blandas, entre las que se incluye la paciencia, son utilizadas y desarrolladas por estos buenos líderes para inspirar y comprometer a los seguidores. Son conscientes de que la productividad, al menos la sostenible en el tiempo, depende vitalmente del nivel de satisfacción de los trabadores de la organización.

Líderes que muestran humildad tienden a reconocer las fortalezas en los demás, legitiman su debilidad a corto plazo y prestan atención a su crecimiento. Estas actitudes harán que los empleados perciban que son respetados y que sus líderes apoyan su autodeterminación.

Es más fácil seguir a un líder humilde por cuanto son más transparentes, aportan más autonomía y poder a sus seguidores. Es lo que normalmente los empleados están buscando….

Comportamientos clave para llegar a ser un líder humilde: se debe preocupar por conocerse mejor, baja a la “arena” de la lucha, controla su ego, brinda oportunidad de actuar a los miembros de tu equipo y no se opone a los cambios sugeridos por sus seguidores.

¿Cómo se genera la humildad? Reconocer los errores ante los demás constituye un acto de humildad. … Quien obra con humildad no se vanagloria de sus acciones, por el contrario, rechaza la ostentosidad, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura

La diversidad de pensamiento e ideas requiere de un valor fundamental: la tolerancia. Es decir, la capacidad de reconocer y aceptar aquellas formas de ver y entender la realidad distintas a la propia.

Tolerar significa aceptar ideas, conductas, procesos, comportamientos, sistemas, etc., que presenten una trayectoria normal, es decir, que sus respectivas direcciones sean lógicas, racionales, sensatas, naturales, justas y razonables.

Ahora bien, viendo el enorme significado y la vital importancia que tiene la tolerancia, se puede entonces inferir, que un líder carente de ella puede generar en cualquier organización, enfrentamientos y molestias que socaven las bases de la misma, con lamentables consecuencias negativas, que obstaculizan su buen funcionamiento.

El líder debe ser tolerante, ya que su manejo, le va a permitir una óptima fluidez relacional y comunicacional con sus colaboradores, propiciando así, resultados positivos.

Cuando el líder confía en sí mismo, no demuestra soberbia, sino autoconocimiento. El líder se mira en el espejo de sus fortalezas y sus debilidades para proyectar a partir de ahí una delegación de confianza en las personas que componen su equipo.

La confianza en sí mismo no está a la venta. No la dan o la quitan. No se compra en ningún comercio. Por eso es un bien tan escaso, tan difícil de alcanzar como fácil de perder. Sin embargo, tenerla o no tenerla marca la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre ser líder o simplemente el jefe. Hablamos evidentemente de la confianza, los cimientos de la sostenibilidad de cualquier organización del siglo XXI.
La autoconfianza o autoestima es el principio de este complejo equilibrio. El liderazgo pone sus cimientos en una persona equilibrada, estable y confiable cuya autoestima permita construir relaciones permanentes, fiables y estimulantes. El líder confía en sí mismo. No es soberbia, sino autoconocimiento. El líder se mira en el espejo de sus fortalezas y sus debilidades para proyectar a partir de ahí una delegación de confianza en las personas que componen su equipo.
La concepción y adopción de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las opciones o formas para resolver diferentes situaciones de la vida, estas se pueden presentar en diferentes contextos: a nivel laboral, familiar, sentimental, empresarial, etc., es decir, en todo momento se adoptan decisiones, la diferencia entre cada una de estas es el proceso o la forma en la cual se llega a ellas. La toma de decisiones consiste, básicamente, en elegir una opción entre las disponibles, a los efectos de resolver un problema actual o potencial, (aun cuando no se evidencie un conflicto latente).
La asertividad es la habilidad de decir lo adecuado en el momento adecuado y de la forma adecuada, habilidad social necesaria hoy día para cualquier persona que ocupe un puesto de liderazgo en una organización y por supuesto también es fundamental para liderar la vida personal con éxito.
La asertividad es la capacidad de expresar los sentimientos, ideas y opiniones de manera libre, clara y sencilla, comunicándolos en el momento justo y a la persona indicada. Dos preguntas a nuestr@s asidudu@s lectores: ¿Eres asertiv@?, ¿cómo te comunicas con tu entorno profesional y personal?

Las personas con niveles altos de asertividad son capaces de gestionar los conflictos de manera constructiva, no se toman los mensajes negativos de los demás como algo personal, saben decir “no”, expresar una queja y pedir algo sin problema.

Numerosos expertos en comunicación corporativa coinciden en una cosa: el liderazgo es una tarea imposible sin una buena comunicación.

Una de las principales habilidades de los líderes es su capacidad de influir en aquellas personas que tienen a cargo. Asimismo, deben motivarlas, orientarlas, monitorizarlas y acompañarlas en cada etapa de los procesos que emprendan. Todas estas funciones se alcanzan con una sola cosa: una comunicación eficaz.

De hecho, gran parte de los problemas de los grupos de trabajo se deben a estrategias de comunicación deficientes. En estos casos, los integrantes de los equipos tienden a perder el foco de sus labores y a desatender los objetivos generales.

O para decirlo de otro modo, la comunicación es para el líder lo mismo que el mármol para el escultor o la arcilla para el artesano. Es su materia prima, su elemento base, el material con el que día a día forja su liderazgo.

Chichí Páez
gerenciaenaccionve@gmail.com
@genaccion




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