Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 16 millones de adolescentes de 15 a 19 años y aproximadamente un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, la mayoría de países de ingresos bajos y medianos. Así mismo, las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las adolescentes. El embarazo en esta etapa sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza.

La madurez biológica, psicológica y social se ha ido separando progresivamente con el paso de los años. En esta etapa la madurez psicosocial tiende a desplazarse hacia edades más avanzadas debido al largo proceso de preparación que requiere un adolescente para llegar a hacer auto Valente. Entendiéndose como adolescencia temprana entre los 10 a 14 años y tardía entre los 15 a 19 años, no obstante, debido a que su madurez psicológica tarda más que la corporal, se habla de que esta puede llegar hasta los 21 años de edad.

La importancia de esta problemática no radica solo en el impacto a nivel biológico que puede traer poniendo en riesgo la vida de la madre y del niño, sino que también vienen asociados riesgos psicosociales, económicos, políticos, estructurales y de género. El enfoque biologicista del embarazo en la adolescente a dificultado la valoración en toda su dimensión de los riesgos psicosociales, económicos y culturales que pueden no provocar la muerte física de la adolescente sino comprometer el disfrute de una vida digna.

La incidencia del mismo puede variar, América Latina tiene la segunda tasa más alta en el mundo según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En América Central está encabezada por Guatemala, en el Caribe por República Dominicana y en América del Sur Venezuela tiene la tasa más alta.

La falta de información y el acceso restringido a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados tienen una relación directa con el embarazo adolescente, muchos de esos embarazos no son una elección deliberada, sino la causa por ejemplo, de una relación de abuso”, comentó el Director regional UNFPA para América Latina. Reducir el Embarazo adolescente implica asegurar el acceso a métodos anticonceptivos efectivos.

De hecho, existen directrices que deberían de cumplir los diferentes países publicadas por la OMS junto con el fondo de población de las Naciones Unidas (UNFPA) con seis objetivos principales, entre ellos reducir los matrimonios antes de los 18 años, fomentar la comprensión y apoyo antes de los 20 años, aumentar el uso de anticonceptivos, reducir las relaciones sexuales forzadas, reducir los abortos peligrosos e incrementar el uso de servicios para la asistencia durante y después del embarazo.

Y te preguntarás ¿qué podemos hacer nosotros ante toda esta problemática como sociedad? Apoyar en la educación de nuestros adolescentes, guiándolos y dándoles herramientas confiables que puedan tener a la mano, hablando sin censura y sin tabú en casa, los padres tienen una responsabilidad importante en todo esto y deben apoyarse de manos de especialistas que están dispuestos a ser parte de la solución.

Para conocer mucho más de este tema visita mis redes sociales @Ginecoestetica.




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