La coalición de Gobierno que sostiene al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con una mayoría parlamentaria de 61 escaños sobre 120, anunció hoy la convocatoria de elecciones anticipadas para el 9 de abril, ante la imposibilidad de sacar adelante una ley sobre el reclutamiento de los judíos ultraortodoxos para el servicio militar.

«Dada nuestra responsabilidad nacional y presupuestaria, los líderes de los partidos de la coalición han decidido, unánimemente, disolver la Kneset (Parlamento) y celebrar elecciones a principios de abril, transcurridos cuatro años de la legislatura. La coalición en la Kneset y en el gobierno continuará» en funciones hasta la celebración de los comicios», anunciaron en un comunicado los jefe de los cinco partidos que la integran: Likud, Hogar Judío, Kulanu, Shas y Judaísmo Unido de la Torá, estos dos últimos representantes de los ultraortodoxos.

La decisión sigue a una crisis política por los desacuerdos sobre un proyecto de ley para aumentar el reclutamiento en el servicio militar obligatorio entre los judíos ultraortodoxos, como demandaban varios partidos ( especialmente sionistas y laicos) y exige una ley anterior.

Netanyahu había convocado para el próximo 7 de enero una votación del proyecto de ley (que rechazaban los partidos ultraortodoxos que forman parte de la coalición de gobierno).

Sin embargo, dos formaciones laicas -el opositor Yesh Atid (centrista) y el ultranacionalista Israel Nuestro Hogar, del exministro de Defensa Avigdor Lieberman, quien recientemente se desenganchó de la coalición de gobierno- dijeron hoy que votarían en contra, lo que impedirá que la norma se apruebe antes de la fecha exigida por el Tribunal Supremo, el 15 de enero.

«Hemos acordado por unanimidad celebrar elecciones a principios de abril tras completar cuatro años de gobierno con increíbles logros diplomáticos», anunció Netanyahu en un encuentro con la facción parlamentaria del Likud.

Resaltó entre los más importantes el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén -que rompió el consenso internacional de no reconocer a la ciudad como capital israelí hasta que haya un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos- y el de «convertirse en el octavo Ejército más poderoso del mundo», indicaron medios locales.

Los comicios se celebrarán casi siete meses antes de la fecha prevista para el fin de la actual legislatura, el 5 de noviembre.

El presidente del Parlamento, Yuli Edelstein, se ha reunido con los representantes de la coalición gubernamental y más adelante se reunirá con los partidos de la oposición para acordar una fecha de disolución de la Kneset, que según el digital Ynet podría ser este miércoles.

Yoel Hason, jefe parlamentario de la principal fuerza de la oposición, la coalición Unión Sionista (integrada por el Partido Laborista y el centrista Hatnuá), instó a «todos los partidos de centro izquierda» a unirse al suyo para lograr el próximo gobierno.

El presidente de la Lista Conjunta (que aglutina a los partidos árabes y al antiguo Partido Comunista), Ayman Odeh, también mostró su satisfacción y dijo «cuanto antes, mejor».

Según las encuestas, el partido derechista Likud, que lidera Netanyahu, volvería a ser el partido más votado.

La coalición que encabeza Netanyahu quedó seriamente debilitada el pasado noviembre, tras la salida de Lieberman y su partido que sostenía que debía llevarse a cabo una operación militar de envergadura en Gaza, a la que Netanyahu se opuso.

De este modo, la coalición solo tenía el apoyo de 61 de los 120 diputados que integran la Knesset, lo que dcaba a Netanyahu muy escaso margen de maniobra, como se ha visto ahora con la cuestión del proyecto de ley del servicio militar para los ultraortodoxos.

La convocatoria de elecciones llega también cuando el fiscal general del Estado valora imputar a Netanyahu en varios casos de corrupción en los que él niega responsabilidad alguna.

Según fuentes de la Fiscalía, el grupo de fiscales que investiga varios de los casos ha decidido, como hizo previamente la Policía, recomendar la imputación del jefe del gobierno.

Esto no evitaría que liderase un nuevo Ejecutivo.

«En Israel se puede legalmente juzgar a un primer ministro en activo», explicó hoy a un grupo de periodistas, entre ellos Efe, Reuven Hazan, profesor de Ciencia Política de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

«El primer ministro es el único de los 120 diputados que no está obligado a renunciar a su puesto tras ser imputado», pero una posible imputación sí puede ser clave para diseñar una nueva coalición.

«No va a haber un gobierno de un solo partido, así que lo importante será saber si los partidos de coalición van a apoyarle a quedarse si es imputado», añadió este analista.

Para él, Netanyahu no sufre en estos momentos competencia «ni en la izquierda, ni en la derecha, ni dentro del Likud», donde se mantendrá como presidente del partido.

Un factor importante puede ser si el popular exjefe del Estado Mayor Beny Gantz decide presentarse a las elecciones, algo que según Hazan «no cambiará el que el Likud sea el principal partido, aunque podría cambiar quien será su principal socio de coalición»




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