“Los veremos medrosos, clamando de terror cuando enfrenten a la justicia que vendrá, suplicarán por esa justicia que no profesaron y una clemencia que nunca practicaron”

Cinco corazones laten en el pecho de mis 5 hijos. Y al hijo de alguien como a cualquiera de los míos le destrozó el corazón el impacto de una bomba lacrimógena lanzada a muy corta distancia por un soldado enardecido y envenenado con el odio de órdenes superiores irresponsables y asesinas

Es que no les basta a los bárbaros del régimen con destruir a las instituciones y al país entero

Es que no les basta a los bárbaros del régimen con destruir a las instituciones y al país entero que ahora se enfurecen contra el grito de protesta del ciudadano común que con los mayores ideales sale a la calle sintiendo que su escudo protector es la verdad y la esperanza de un justo y mejor futuro.

No tienen como pagar el daño que nos han causado. Se robaron nuestras riquezas, destruyeron y separaron a las familias, pisotearon los principios, se burlaron de las instituciones, compraron con regalías a foráneos y locales, corrompieron a muchos con armas o sin ellas para que como lacayos sustentaran su entorno de poder para eternizarse, entregaron nuestra independencia al castrocomunismo mezclado con narcotráfico

Al saber de su muerte, sentí que el corazón del joven Juan Pablo se había desangrado en mis manos cuando me gritaba libertad. La sangre seguía desbordando su corazón roto y encharcando su cuerpo y por ahí se le iba la vida. La bomba le rompió su alma, la de sus padres, sus amigos y la de todos nosotros, padres de los hijos de Venezuela. Me parecía oír sus exclamaciones y sentir como exhalaba sus últimos alientos pidiendo por mí, mis amigos, mis compatriotas y mi patria. Su voz se apagó, lo silenció la tiranía

Estos gobernantes se hicieron fanfarrones y vulgares sostenidos por adulantes miserables que ahora quieren seguir sosteniéndose de unas lianas cada vez más débiles. Ya se le ve tambaleantes y la cobardía emergerá pronto. Los veremos medrosos, clamando de terror cuando enfrenten a la justicia que vendrá, suplicaran por esa justicia que no profesaron y una clemencia que nunca practicaron. El equilibrio del mundo persistirá y volverá a florecer la dignidad, el respeto y la libertad. Serán la página triste de la historia contemporánea venezolana

Ese hijo de nuestra patria que se ahogó en su propia sangre, al que le estallaron el corazón con una bomba activada no por el gatillo del soldado, sino por la mente torcida asesina de un régimen canalla, vil y miserable, es otro mártir que junto a cientos que han sido asesinados en las calles sosteniendo una bandera, no nos dejara olvidar que la justicia prevalecerá. Pero nunca, nunca tendrán como pagar el daño que nos han causado

30 de abril de 2017
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