Plaza Cristóbal Mendoza, en El Viñedo. (Foto cortesía)

Gabriela Oria no se lo esperaba. A las 10:30 p.m. del jueves 3 de junio recibió un mensaje de texto que decía: “En el plan de inmunización contra la COVID-19, usted ha sido seleccionado para colocarse la vacuna”. Había pasado apenas una semana desde que se registró, junto a su grupo familiar, en el sitio web habilitado por el Ministerio de Salud. En un segundo mensaje le detallaron que para recibir la dosis de la vacuna debía estar a las 8:00 a.m. de este viernes 4 de junio en la Plaza Cristóbal Mendoza de El Viñedo, al norte de Valencia, donde el Instituto Carabobeño para la Salud (Insalud) ha mantenido un punto de vacunación.

“Pensé que el mensaje era para mi mamá, porque ella tiene el Carnet de la Patria por la pensión. Pero con el segundo mensaje, que tenía mi número de cédula, me confirmaron que en efecto era para mí”, dijo a El Carabobeño. A diferencia de su madre, Gabriela no está inscrita en el Sistema Patria y tiene 45 años de edad, por lo que le sorprendió resultar seleccionada para la jornada de inmunización primero. De su familia ella fue la única convocada. “Aún espero por las convocatorias para mis papás y mi hija”.

Captura de pantalla del mensaje que recibió Gabriela Oria. (Foto cortesía)

Salió temprano de su casa, en San Blas, y a las 7:00 a.m. llegó al lugar indicado, rebautizado por el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, como “Plaza Drácula”. Junto a ella había otras más de 100 personas a la espera en las afueras del centro de vacunación, muchos desde las 5:00 a.m. La mayoría también había recibido el mensaje la noche anterior, entre las 10:30 y las 11:00 p.m. Transcurrido un par de horas, los que acudieron comenzaron a impacientarse porque el lugar permanecía cerrado.

Un grupo decidió acercarse a la entrada de la plaza a las 8:30 a.m., al ver que no había movimiento. Preguntaron a uno de los funcionarios policiales que cuándo iniciaría la vacunación y, con total tranquilidad, les respondió que allí no estaba pautada ninguna jornada. A pesar de eso, no paraba de llegar gente. A las 9:00 a.m. la cantidad de personas a la espera ya se había duplicado. “No era posible que 200 personas tuviésemos el mismo mensaje errado. Todos decían claramente que la jornada sería hoy, 4 de junio”, agregó Gabriela.

A las 9:40 a.m. el mismo funcionario salió de la plaza y ratificó la información: “Por favor, retírense. Ya no habrá jornada de vacunación hoy”. Sin embargo, justo en ese momento, llegó parte del personal médico, quienes también parecían desinformados. De un momento a otro, a los afortunados que habían recibido el mensaje de texto, y que pensaban que tenían su dosis asegurada, los invadió la incertidumbre y la indignación. Eso llevó a que muchos manifestaran su molestia a través de las redes.

Una buena parte de los convocados para las 8:00 a.m. decidió irse del lugar. Pero ella se quedó junto a los que fueron llamados para las 11:00 a.m., 2:00 y 4:00 p.m. Mientras la plaza continuaba cerrada, la gente no paraba de llegar y acumularse a sus alrededores. Fue aproximadamente a las 10:00 a.m. cuando llegó el resto del personal sanitario y de Insalud para comenzar la instalación de los toldos y las mesas. “No sabemos si al final lo hicieron por la presión de lo que se comenzó a publicar en las redes”, sostuvo.

La vacunación inició pasadas las 11:00 a.m. (Foto cortesía)

Las edades de los presentes variaba, pero la mayoría estaba conformada por jóvenes y adultos de entre 40 y 55 años. Muchos de los que se acercaban a preguntar si se podían vacunar pasaban los 60 años. La respuesta en la puerta era que allí estaban aplicando únicamente la vacuna china Vero Cell y que a los mayores de 60 años les corresponde la dosis rusa, Sputnik V.

Cuando abrieron las puertas de la plaza, informaron que solo atenderían a quienes tuviesen la cédula y el celular en el que recibieron el mensaje de texto. Esa condición hizo que otro grupo grande se retirara, al no tener la cédula, el celular o tras haberse quedado sin batería. José Ruh, quien usa muletas debido a una discapacidad que le impide movilizarse por sí solo, fue uno de los que se fue sin vacunarse porque dejó el celular en su casa, en San Blas, desde donde había caminado hasta el centro de vacunación en el norte de la ciudad.

El reloj marcaba las 11:00 a.m. cuando comenzaron a pasar a las personas en grupos de 50. A Gabriela le tocó en el segundo grupo. A las 12:43 p.m. ya había recibido la primera dosis de la vacuna china Vero Cell. El Carabobeño constató que pasado el mediodía, las personas continuaban llegando al punto en el que se estaba desarrollando el operativo de inmunización.

Una vez adentro del estacionamiento de la Plaza Cristóbal Mendoza el proceso es rápido, aseguró Gabriela, porque además había seis estaciones con enfermeros y médicos inoculando la vacuna. A cada grupo lo hicieron sentar en unas sillas blancas y mientras estaban allí, les pidieron entregar sus cédulas laminadas para que el personal de Insalud fuese llenando con sus datos el cartón en el que se registra la vacunación. Luego de entrar, entre 10 y 15 minutos fue lo que tardó hasta recibir la inyección en el brazo. “Si hubieran tenido todo listo e instalado a la hora que indicaron en el mensaje, no hubiésemos perdido seis horas y media de espera bajo el sol”, sentenció.

Muchos se retiraron sin vacunarse por no tener la cédula o el celular con el mensaje. (Foto cortesía)

A su juicio, hubo una gran falla logística y de comunicación por parte de los funcionarios policiales y los responsables de la ejecución de la jornada, adscritos a Insalud. “Se pudo haber evitado la cola y la espera. Fue una improvisación absoluta”, afirmó Gabriela, quien a pesar del mal rato quiso destacar la labor del personal sanitario. “De las personas que nos vacunaron no tengo quejas”. El 25 de junio le corresponde la segunda dosis.

A casi cinco horas de haber sido vacunada, Gabriela aseveró que no ha presentado ningún efecto secundario. “No tengo molestia en el brazo. No tengo malestar general. Tampoco tengo fiebre, dolor de cabeza, náuseas, diarrea ni pérdida de apetito”, narró. Antes de inyectarla le dijeron que no podría vacunarse si estaba pasando por algún proceso viral o consumiendo antibióticos, pero ninguno de esos escenarios era su caso. La única indicación que le dieron fue que no debía ingerir alcohol durante las siguientes 48 horas.




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