El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, anunció este viernes que la próxima cumbre de líderes de los países miembros de la Alianza Atlántica tendrá lugar el 11 y 12 de julio de 2018 en su sede de Bruselas.
La cumbre servirá para reforzar más el vínculo entre Europa y Norteamérica en el que se basa la Alianza, declaró Stoltenberg en un comunicado, y agregó que los líderes continuarán adaptando la OTAN al siglo XXI.
Edificaremos sobre nuestro valioso trabajo con países socios y organizaciones para luchar contra el terrorismo y mantener la estabilidad en nuestro vecindario, añadió el secretario general.
El dirigente de la Alianza subrayó que esta ha implementado el mayor refuerzo de la defensa colectiva en una generación para responder a las amenazas cambiantes, y recordó que los grupos de combate multinacionales al este de los socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte ya están completamente operativos, en aparente alusión a Rusia.
Además, recordó que la organización está reforzando su presencia en el mar Negro y avanzando en sus esfuerzos contra ciberataques y amenazas híbridas.
Respecto a Oriente Medio, Stoltenberg destacó el impulso a la misión para entrenar, asesorar y asistir a las fuerzas afganas para asegurar que ese país asiático nunca más se vuelva a convertir en un paraíso de seguridad para terroristas internacionales.
Apoyamos a la coalición internacional contra (el grupo terrorista) Estado Islámico y trabajamos para reforzar a socios como Irak, dijo Stoltenberg, que también hizo hincapié en la profundización de la relación entre la OTAN y la Unión Europea (UE) en beneficio de todas nuestras naciones.
Pese a que Turquía se había ofrecido como candidata para ser anfitriona de la próxima cumbre de la Alianza, finalmente la reunión tendrá lugar en Bélgica, un país que acogió generosamente las cumbres durante 50 años, apuntó Stoltenberg.
El último encuentro entre los dirigentes de los países de la Alianza tuvo lugar en mayo de este año, en una cumbre extraordinaria en Bruselas para dar la bienvenida al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elegido en noviembre de 2016.
Durante este encuentro se inauguró simbólicamente la nueva sede de la Alianza en Bruselas, un edificio que ha costado 1.120 millones de euros pero que aún no se utiliza para el trabajo diario de la OTAN.
La última cumbre tuvo lugar en Varsovia en julio de 2016.
