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(Foto referencia)

La Ley de Bono para Alimentación y Medicinas a Pensionados y Jubilados fue aprobada por la Asamblea Nacional para beneficiar a los ancianos, pero no fue tomada en cuenta por el Presidente de la República Nicolás Maduro porque desconoce las atribuciones del poder legislativo.

El septuagenario Enrique Medina trabajó arduamente en su juventud, acumuló años de experiencia y pensó que tendría una vejez digna, según sus propias palabras, ese sueño está lejos de la realidad.

“En Venezuela los beneficios de los viejos no se respetan”, comentó.

Maduro engavetó la Ley 

El 30 de marzo de 2016 la Asamblea Nacional (AN) presidida por Henry Ramos Allup, sancionó la Ley que permitía a pensionados y jubilados disfrutar del bono de alimentación y medicinas. Tras el proceso legal la Ley fue remitida al Presidente de la República, Nicolás Maduro y se desconoce su paradero.

La historia de la Ley data del 2016, cuando fue sancionada, el 21 de abril la directiva de la AN promulgó el instrumento legal y el tribunal Supremo de Justicia la declaró constitucional el 28 de abril a través de la sentencia número 327.

Han trascurrido 11 meses desde la aprobación y áun los adultos mayores siguen sin recibir el beneficio. Solo perciben el salario mínimo. 

La cola de nunca acabar

Consultamos a Medina quien pacientemente esperaba en una larga cola para recibir el dinero de su pensión. «Nuestros derechos no son escuchados», insistió. 

Sus hijos ya no están en el país, se fueron en busca de mejores oportunidades. Debe “matar tigritos” y esperar que le envíen dinero del extranjero para subsistir con todos los gastos típicos de la edad adulta.

Se siente afortunado al contar con sus hijos que lo apoyan aún cuando se encuentran en otros países. Cuando estaban aquí “el sueldo no les alcanzaba” dijo. 

A su lado, Berta Antillán quiso expresar su opinión. Tomo pastillas para la tensión y la diabetes, pero desde hace meses que no las puedo compra. No cuenta con otro ingreso económico, solo tiene el dinero de la pensión y lo utiliza para comprar solo alimentos. 

Lamenta que sus hijas deban asistir al colegio con arepas sin relleno. En su hogar o compran la harina o compran el queso y la mantequilla. Sin duda el bono alimenticio sería de gran ayuda para nosotros, comentó la anciana. 

Esta es una historia que se repite en cientos de jubilados y pensionados. Solo perciben 40 mil 638 bolívares al mes.

Ana María Rodríguez mientras hacía la cola, intentaba refrescarse con un abanico: «el dinero de la pensión es insuficiente para cubrir la mitad de mis gastos».

Si compra un kilo de arroz y azúcar serían aproximadamente 12 mil bolívares menos de la pensión, pero también necesita comer pasta, pollo, carne y pagar sus medicamentos. «Necesitamos el bono». 

Dulce Pinto se mostró aún más conformista. «Ojalá apruebe aunque sea la mitad del cestaticket que reciben los trabajadores».

Cualquier aumento beneficiaría a este sector de la población que dedicó su vida al trabajo para disfrutar su vejez en paz. La necesidad no tiene color político. 

 




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