El expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014) fue declarado este viernes «no culpable» en un caso de espionaje político y peculado por un tribunal, una decisión que será recurrida «hasta las últimas consecuencias» por los querellantes que denunciaron un supuesto amaño de los jueces.

El tribunal de juicio compuesto por los jueces Roberto Tejeira, Arleen Caballero y Raúl Vergara, ordenó además la liberación inmediata del exmandatario, quien cumplía detención domiciliaria desde el pasado junio luego de haber estado en una cárcel de mínima seguridad un año.

Los jueces consideraron de forma unánime que el Ministerio Público «no logró acreditar su teoría del caso», en el que «se vulneraron los principios fundamentales del debido proceso».

El tribunal reconoció que existen «indicios» de que hubo «actividades al margen de la ley» en el Consejo Nacional de Seguridad, el ente estatal desde el que se hicieron las interceptaciones ilegales, «sin embrago, emergen dudas que no fueron solventadas por las pruebas».

Martinelli, un carismático político de 67 años, salió triunfante de la sede del tribunal, y entre vítores de sus seguidores dio las gracias a sus abogados por haber hecho «justicia».

Volvió a denunciar que el caso en su contra fue un montaje orquestado por su antiguo aliado y también expresidente Juan Carlos Varela (2014-2019), al que responsabiliza de la «persecución política» que ha sufrido los últimos cinco años.

«Los vamos a demandar a todos», aseguró Martinelli en los estudios de la televisión local NexTv, de su propiedad, a donde se dirigió inmediatamente después de abandonar el tribunal que lo declaró «no culpable» de todos los cargos de los fue acusado por la Fiscalía, que pidió 21 años de castigo para el ex jefe de Estado.

Panamá ha vivido este viernes «un día histórico, no porque me hayan absuelto de todos los cargos, no es por mí es por todos ustedes», el pueblo panameño, afirmó Martinelli.

No ha habido de inmediato una reacción al veredicto por parte del Ministerio Público, cuyos fiscales salieron escoltados por un contingente policial de la sede del tribunal mientras los seguidores de Martinelli les gritan «traidores, mentirosos» y atacaban a patadas sus vehículos.

Pero los querellantes aseguraron que recurrirán «hasta las últimas consecuencias» el veredicto, una decisión tildada de «injusta» y «divorciada de derecho» por el abogado Carlos Herrera Morán.

«Nosotros queremos justicia, vamos a seguir luchando por las víctimas (…) porque aquí hubo cientos de víctimas a los que se violaron sus derechos y a los que se les violó su intimidad. Vamos a seguir peleando», remarcó Herrera Morán.

El abogado defensor de Mauro Zúñiga, una de las víctimas y querellante en el proceso, agregó que «hay que investigar qué ocurrió con estos jueces, porque estos jueces se apartaron, a mi juicio, de la ley» con su decisión.

En ese sentido, la política Balbina Herrera, una de las supuestas víctimas de los querellantes, dijo que «desde por la mañana teníamos información del sentido del fallo y de que se había pagado 1,8 millones de balboas (1,8 millones de dólares) a los jueces».

«Aquí lo que hay es músculo y billete .. no hay justicia igual para todos. Los delincuentes de cuello blanco salen por la puerta», afirmó por su parte Nicomedes Castillo, abogado de la supuesta víctima y querellante Juan Carlos Navarro.

Las redes sociales estallaron en Panamá tras el veredicto.

«Que jamás nuestro país vuelva a sufrir las consecuencias de una persecución política que dividió y afecto al país profundamente. Hoy se hace justicia y el expresidente Martinelli logra su libertad», escribió el presidente del partido Cambio Democrático (CD) y excanciller, Rómulo Roux.

«Como panameño ante la absolución de @rmartinelli siento desamparo y frustración. Pareciera que se impone el decir que robó pero hizo. Si quedaba algo de institucionalidad se fue por un caño. Caminamos hacia un estado fallido», escribió por su parte en Twitter el exembajador de Panamá en la OEA, Guillermo Cochez.

Martinelli, fundador del partido Cambio Democrático (CD), uno de los más importantes del país, ha sido el primer expresidente de la joven democracia de Panamá que se ha sentado en el banquillo de los acusados.

Con el argumento de la persecución política, Martinelli se fue de Panamá en enero de 2015 y regresó extraditado por EE.UU. el 11 de junio de 2018, tras pasar un año preso en una cárcel federal mientras batallaba contra su entrega a la Justicia panameña por el caso de las escuchas.

Al llegar a Panamá fue recluido en una prisión de mínima seguridad situada en las afueras de la capital panameña, pero el pasado junio le fue impuesto el arresto domiciliario porque la ley de ese país prohíbe que los procesados permanezcan más de un año encarcelados preventivamente. EFE




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