El mejorar y autocontrolar creciente de la gente con el recurso de meditación es evidente, y cada vez más a mano del usuario corriente, con esta actividad auxiliar de las ciencias físicas, biológicas y psíquicas.

El tratar emociones consideradas negativas, como temores, miedos, angustias y ansiedad, puede lograrse a satisfacción con estrategias, métodos y expectativas diferentes, entre estas el auxilio de la meditación.

La meditación natural (¡llamémosla así!) es una visión relajante, equilibrante, no invasora, de delicado abordaje y muy agradable manejo, que se logra con la utilización de formas suaves de la auto confianza.

El cerebro de quien se ejercita y se “hunde” en profunda consciencia durante la meditación, recibe el grato beneficio de ver disminuir, y hasta eliminar, las molestosas emociones negativas.

La meditación profesional y científica es un procedimiento de índole terapéutico que se utiliza para acceder en profundo a la consciencia de los pacientes, y hacer “limpieza” de las emociones presionantes.

Si nos apartamos de la especulación y la mentira utilizadas por mucha gente, preguntemos, una vez más, ¿qué es la meditación?

Hace tres siglos, Jacques Benigne Bossuet (1627-1704), un clérigo católico, definió a la meditación de entonces con palabras no tan precisas: Dijo Bossuet que “la meditación es el ojo del alma”.

Aunque no religión en sí, ni especulación, la meditación se asocia con religiones, creencias, y prácticas ancestrales de concentración, inspiración, rezos, magias, hechizos y brujerías. ¡Por eso es del gusto de ingenuos de fáciles creencias!

Pero si lo que se busca es básicamente el bienestar físico, psíquico, anímico; entonces, con sólo desearlo como para relajarse, una persona puede aprender lo esencial de meditar. ¡“Soltarse” y liberarse mentalmente!

Meditación es un esfuerzo psíquico, de técnicas y regulación, que opera en nosotros para mejoran ideas, la memoria, el estrés, la presión sanguínea, la eficiencia inmunitaria, y el bienestar general físico, psíquico y social.

Objetivo básico al meditar es “entrar” en nuestra consciencia a revisarla, para reorientarla, para reconocerla, aclararla, conocerla más, mediante un proceso de suavizante quietud y relajamiento.

Esto ocurre durante el quieto transcurrir del tiempo que fluye en grata sensación de reposo. Pero en principio no es fácil lograr liberar la consciencia antes, durante y luego de meditar, porque nuestra consciencia misma, que es la que en sí medita, ya sabe qué nos ocurre al meditar; y en principio no se entrega sin resistirse con energía, aun con ser una acción voluntaria y proceso personal de meditar.

¡Sigamos este resumido enfoque sobre meditación!

Grandes poderes cerebrales son: pensarinterveniractuarrecordar, ir al pasado, ubicarse en presenteidear el futuro, entre tantos. ¡Para eso, además, tenemos la meditación!

Otros hablan de usar la denominada divagación mental, pero muchos más dicen que no es muy buena. ¡No confundirse, porque eso es otra cosa!

Meditar cambia patrones (formas) instalados en el cerebro, con el efecto de que puedan abrirse momentos de bienestar y breve felicidad, para que esté presente toda la actividad de ese órgano superior (el cerebro).

En efecto, al practicar meditación volveremos a conectarnos fuerte con nuestro tiempo presente, con el ahora, con el ya, con el acá. Poderosas son todas estas visiones de tiempos señalados. Las sentimos mientras estamos conscientes en la plenitud de toda nuestra acción de meditación.

¡Aquí, ya, ahora, buen tiempo para meditar! ¡A bien sentir!

Meditar es equivalente a contar con un remedio medicinal de mucha calidad y garantía sin químicos ni formulaciones, para dedicarlo a la condición humana, en nuestro cerebro, y “recetarnos” cuando queramos. ¡Eso es meditar!

Aun novatos en meditación, con 5, 10 a 12 minutos, una vez al día (¡y extra, quizás!), puede reducirse la agotadora actividad cerebral, la mente divagante, dispersa, confusa, fuera del equilibrio natural; y echarla al lado cuando nos estorbe. Veamos más sobre el meditar:

¿Cómo vemos al meditar? Pensemos estando con los ojos cerrados, no forzados ni presionados, en ambiente interior sin interrupciones. En nuestra consciencia (el sentido interior) sólo puede “verse” como si fuese un espacio de una tonalidad gris-oscuro, borrosa, sin buscar ni mirar cosas del exterior, sin mirar movimientos de gente, ni cosas: Sin desviarnos.

¡Esto es lo que opina una mayoría de la gente cuando “entra en sí mismo”, en la meditación, al cerrar los ojos sin presionarlos, durante un rato! Sin embargo, no sentimos hambre, ni sed. No oímos gente que conversa. No nos interesa la hora actual, ni el lugar en donde estemos.

No nos centramos en tratar de recordar en algo, mientras tanto, para iniciarlo o reiniciarlo después. No debe buscarse algún contacto anímico, ni buscar un recuerdo, sea con alguna “creencia” o un elemento sobrenatural (religiones, tradición, grupo, estudio, amistades, deidades, etc.).

¡Estas son parte de las condiciones visuales, motrices (relajantes), anímicas (no compulsivas), de muy baja o nula ansiedad, a lograrse antes de entrar en el profundo existir de una meditación!

¡Ya saben más qué es la MEDITACIÓN!

Hernani Zambrano Giménez, PhD.

hernaniyo@outlook.com




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