El servicio del Metro de Valencia se mantuvo paralizado durante el jueves de 8 de junio, hasta la tarde de este viernes, como consecuencia de la explosión del único transformador que estaba operativo para suministrar de energía eléctrica todas las operaciones del subterráneo.
Esto trajo como consecuencia que los usuarios tuvieran que cambiar su dinámica habitual, por lo que las paradas de transporte público del sur de la ciudad estuvieron abarrotadas, mientras que las unidades estaban repletas de pasajeros.
Edgar Hidalgo, quien era coordinador de seguridad institucional de la C.A., Metro de Valencia, hasta que fue despedido sin argumento alguno hace un año, explicó que esta explosión ocurrió específicamente en la Subestación Principal (STP), ubicada en Plaza de Toros.
Aseguró que esto sucedió como consecuencia de falta de mantenimiento. “Cuando fui coordinador de seguridad institucional del Metro me correspondió la STP advertí que, de dos líneas, una estaba inoperativa desde hace muchos años, mientras que la otra estaba fallando, y fue la que explotó la madrugada del jueves, por lo que vemos la desidia que existe en la compañía”.
En horas de la tarde de este viernes, ya se estaban haciendo pruebas en el sistema eléctrico en las estaciones a puerta cerrada, y cerca de las 4:00 p.m. se restableció el servicio a los usuarios en todas las estaciones, exceptuando la Rafael Urdaneta (Cámara de Comercio), que tiene sus puertas cerradas desde hace varias semanas por labores de mantenimiento que se realizan en el lugar.
Precariedad en el Metro
El estado en el que se encuentran las estaciones del Metro de Valencia es evidente. Basta con entrar a cualquiera de ellas para darse cuenta que las escaleras mecánicas no funcionan, los torniquetes no sirven, en algunas no hay sistema para cobrar la tarifa correspondiente, y que el sistema de aire acondicionado no está al 100% y que hay poca disponibilidad de trenes.
“Actualmente, solo hay tres trenes y no hay ninguno de emergencia por si alguno presenta algún daño o novedad”.
A esto se suma que desde el año pasado se incrementaron los despidos del personal y ya son más de 250 trabajadores los que se han quedado sin sus empleos, sin ningún tipo de justificación.
“De unos mil 200 trabajadores, quedarán 400 como mucho”, aseguró. Es por esto que se ha puesto a personal del área administrativa, a laborar en las operativas, sin estar capacitados, y los obligan a redoblar sus turnos”.
Injusticias laborales
Pese a que Hidalgo tiene una orden de reenganche emitida por el Ministerio del Trabajo, desde la presidencia de la C.A., Metro de Valencia, a cargo de Yolyemil Rodríguez Marín, no ha sido acatada.
“Fuimos a juicio de prueba y el consultor jurídico que estaba para el momento renunció porque no había pruebas ni justificación que me impida ingresar al Metro”.
En mayo, una de sus compañeras de trabajo fue reenganchada y el consultor jurídico que le dio acceso a la empresa aplicando la ley, fue despedido. “Ahora a ella no la dejan llegar a su puesto, que es la conducción de trenes, dicen que le hacen pruebas académicas y que no está apta. Eso es acoso laboral”.
Hidalgo denunció que la presidenta del Metro lo amenazó con llevarle a su casa a funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) porque aún usa la camisa del uniforme. “Yo no estoy cometiendo ningún delito. Yo tengo un reenganche y hasta que un tribunal nacional determine que estoy despedido, no dejaré de usar el uniforme y hago responsable a Yolyemil Rodríguez Marín de lo que le ocurra a mi familia o a mí.
Los jubilados y los trabajadores activos con reposo justificado también sufren injusticas de la empresa, al quitarles el beneficio de bolsa de comida mensual. “Se violan derechos laborales, a la alimentación y a la seguridad social”.
