Las últimas medidas tomadas por el Saren, adscrito al Ministerio de Interior y Justicia, han hecho casi imposible formalizar los emprendimientos en el país, con montos mínimos astronómicos para la constitución de sociedades comerciales y por ende, aranceles igualmente inasequibles, criticó el dirigente regional del partido Copei, Julio Manzo.
Manzo explicó que formalizar un emprendimiento con una firma personal, siendo esta la más económica de todas, se requiere un capital declarado de 68 millones de bolívares, lo que equivale a 1.700 salarios mínimos, esto impide que un joven profesional incursione legalmente en el mercado con un negocio propio.
A juicio de Manzo, una acción para superar la crisis nacional sería exonerar la carga arancelaria de la conformación de sociedades comerciales que cumplan con la modalidad de emprendimiento y que generen valor agregado a la economía. ”Adicionalmente, la implementación de una plataforma de gestión en línea, sería otra medida que reduciría radicalmente los costos gubernamentales y los tiempos relacionados a la conformación de dichas sociedades, siguiendo así el ejemplo de otros países suramericanos que ya tienen un proceso de legalización en línea de compañías anónimas”.
El joven politólogo recordó que ante la crisis que vive el país y la incapacidad del sector público como del disminuido sector privado de ofertar salarios que permitan la adquisición de siquiera los productos básicos, los carabobeños se han visto en la necesidad de emprender, generando actividades productivas que aportan valor agregado a la economía y le permiten subsistir esta hora menguada de la nación. “Del pasado hay que aprender y no volver a cometer los mismos errores. Pensar en una Venezuela futura, recurrente en la mono producción y en la extracción de materias primas como fuente principal de su subsistencia económica, es seguir dando un salto al vacío”.
Manzo recalcó que al Estado venezolano le es imposible mantener una nómina nacional de tal magnitud, pagando sueldos dignos y suficientes para el trabajador público, y por eso, debe deslindarse de muchas funciones propias de la empresa privada e incentivar los emprendimientos, como una válvula de escape versátil y eficiente para la tremenda presión social causada por la terrible crisis económica.
Nota de prensa
