El aborto
La copa menstrual

Como cada año, octubre se convierte en el mes de la concientización de la lucha contra el cáncer de mama, así como de sensibilizar a todas las mujeres y hombres de la detección precoz, tratamientos oportunos, efectivos y cuidados paliativos.

Aunque parezca quizás extraño el hombre también puede presentar cáncer de mama y según estadísticas del Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC) cerca de 1 de cada 100 casos de cáncer de mama en los Estados Unidos se diagnóstica un hombre. No es una cifra alta, pero los casos de cáncer de mama son de alerta en hombres, ya que son los que menos se hacen chequeo médico.

En el caso de las mujeres, se presenta con frecuencia la pregunta: ¿Por qué realizarse un estudio para la revisión de las mamas anual? y suelo responder: que cuando en un país se indican controles cada cierto tiempo es porque esa patología en particular se encuentra con una alta incidencia.

Hablando específicamente de Venezuela, ocupa la segunda causa de muerte según la Sociedad Anticancerosa y la organización venezolana de Funcamama. Aunque la expectativa de vida de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama metastásico en la región es de 5 años, observaron que el 80% con esa condición y que recibieron apoyo de la organización entre el 2018 y 2021 vivieron menos de 3 años.

Siendo esto una cifra alarmante, nos hace pensar en la falta de equipos de mamógrafos y tomógrafos para los diagnósticos en la red pública.

No obstante, en el día a día de las consultas y las redes sociales también se suele escuchar muchos mitos alrededor de los estudios que se deben realizar “¿para qué me la hago?”, “si tengo prótesis no debo hacerme la mamografía, porque se pueden romper y ocasionarme un cáncer’, “la mamografía es peligrosa y si es realizada anualmente, puede producir cáncer de mama”, “la mamografía es dolorosa”, “solo debe realizarse en mujeres con antecedente familiar de cáncer de mama”, “si no me palpo nada no es necesario realizarse el estudio” y así, un sin fin de mitos que también forman parte del no cumplimiento de un chequeo a tiempo.

Por eso, hoy quiero hablarles a aquellas mujeres que se han dejado llevar por estos mitos y decirles que nada de eso es verdad, nada más lejos que pensar que una mamografía solo la deben realizar mujeres con antecedentes familiares con cáncer de mama, porque la realidad es que solo un 10% de esas pacientes son diagnosticadas con esta enfermedad y el 90% la presenta sin tener ningún antecedente familiar.

Por otro lado, no es cierto que si no te palpas nada, quiere decir que todo está bien, a veces ni siquiera el médico puede lograr palpar pequeñas tumoraciones que únicamente se pueden diagnosticar o ver a través de imágenes como las que nos muestra la mamografía y la ecografía mamaria y de ser necesario en algunos casos la indicación de la tomosíntesis.

De esta manera se hace importante y prioritario comenzar la realización de estos estudios a partir de los 35 a 40 años de edad, y luego realizarlos anualmente, para así, hacer la verdadera prevención, pero además obtener un diagnóstico precoz que lleve a un buen pronóstico de cura de la enfermedad. Con esto, no quiero decir que no sea importante tocarse, pero si es fundamental complementar con los estudios respectivos.

Si no te has hecho la mamografía y ecografía mamaria, ¿Qué esperas?, ¡ya es hora! Olvídate de los mitos y hazte responsable de tu salud.

Para conocer de este y otros temas de interés, te invito a mis redes sociales @Ginecoestetica.

 




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