Carlos Juan César, de 51 años, murió dentro del pipote. (Foto: Reproducción de Rafael Freites).

El parricidio es el homicidio de los parientes consanguíneos en línea recta. Es considerado uno de los más execrables crímenes.  A lo largo de la historia han sido frecuentes los casos de príncipes que mataban a sus padres para heredar sus reinos.

En Montalbán, uno de los 14 municipios del estado Carabobo, un hijo mató a su padre por dinero.

La familia César Palencia mantenía la esperanza que el asesinato de uno de los integrantes del hogar, ocurrido el pasado lunes 20 de marzo  fuera solo una pesadilla. El entierro de Carlos Juan César y el encarcelamiento de su hijo de 17 años, quien asumió haber estado involucrado en el crimen, confirman la trágica realidad.

La sociedad cada día está más descompuesta. La carencia de valores parece ser el detonante para el exterminio de la población. Mientras algunas personas atribuyen al  fin del mundo las atrocidades sucedidas cada día, otras dicen que se debe a la falta de disciplina y enseñanza en el hogar.

Así se forma un delincuente

Adbelya Palencia y Jesús Ismael César, padres de Carlos Juan César. son los más afectados por la muerte.  El hermano morocho de la víctima, Juan Carlos César, y su hermana Carmen Isabel, además del profundo dolor que exteriorizan, mantienen aún la conmoción por el hecho de tener un pariente muerto y otro encarcelado.

La calle El Sol del sector Centro II de Montalbán se convirtió en la calle de la penumbra. La pintoresca vivienda rural, signada con el número 4-30, donde Carlos Juan se crió. está llena de flores ya casi marchitas, ofrecidas al Sagrado Corazón de Jesús, en memoria al alma de uno de los habitantes más colaboradores y queridos de la zona.

La ruptura del matrimonio César habría sido una de las causas del descarrilamiento de uno de hijos de la víctima, quien desde la separación de su esposa hace unos 12 años se dedicó a la crianza y enseñanza de sus dos hijos, a quienes le dejaron en su poder con tan solo cinco y 14 años.

Carlos Juan César peleó la custodia de sus hijos mientras su esposa se dedicó a pelear los bienes mancomunados, según comentaron sus familiares.

Desde que César logró el amparo total de sus hijos trabajó duro para darles todo lo que necesitaban. Mientras con el hijo mayor fue un poco rudo, con el hijo menor fue más consentidor.

El hijo mayor de César, Enmanuel César, tiene 27 años. Supo aprovechar el trato firme de su padre, formándose como un hombre responsable, respetuoso y de bien igual que su padre. Su hijo menor a raíz del divorcio de sus progenitores y por la falta de disciplina empezó con problemas de conducta desde los nueve años, comentaron sus abuelos.

En su infancia, el hijo menor de César era muy rebelde y tremendo. En la adolescencia se le escapó de las manos a su padre. No hubo freno después de los 11 años. El jovencito se valió de la ausencia de su madre para incursionar en un mundo de perdición. Alegaron los parientes del adolescente que de un momento a otro adoptó una actitud muy violenta que al parecer era causada por los estupefacientes que consumía.

Todo empezó con un simple robo 

En dos oportunidades en el año 2016, el joven hurtó algunos bienes de su padre para comercializarlos. Carlos Juan César lo denunció a la policía para darle una lección, pero después de un par de horas retiraba la denuncia y lo liberaban.

Carlos Juan fue padre y madre de sus hijos. Ahora que ya no está se quedaron sin padre y al menor de ellos solo lo amparan las sólidas y frías rejas de una celda en un albergue de menores en el municipio Naguanagua.

El suceso

El hijo adolescente estaba bajo los efectos de la droga. El muchacho compartía con unos amigos y todo concluyó cuando acabó con la vida de su padre en una vivienda en la calle Salón de Montalbán. Presuntamente quería robarle unos cheques y un dinero que depositaría el hombre en la entidad bancaria donde laboraba como mensajero.

El crímen habría ocurrido el lunes alrededor de las 10:00 p.m. durante el festejo que tenía el hijo adolescente con sus compañeros.

Cegados por los narcóticos, los jóvenes golpearon a Carlos Juan César y posteriormente lo metieron en un pipote de agua que se encontraba dentro del baño. César falleció por asfixia mecánica.

Los implicados en el homicidio se marcharon de la vivienda al terminar la celebración y el adolescente se quedó en la casa donde mantenía a su padre muerto dentro del bidón de agua.

Mientras los vecinos y familiares comenzaron a notar que algo andaba mal por la desaparición de César, el joven entraba y salía de la residencia como si nada hubiese sucedido, lo que evitaba sospechas.

Los parientes de la víctima emprendieron una búsqueda. El adolescente y el hermano morocho de la víctima fueron a la policía municipal a poner la denuncia de la desaparición, buscaron en la morgue y hospitales.

El repugnante olor, la principal pista 

Pasados cuatro días, el nauseabundo  olor comenzó a delatar a los jóvenes involucrados en el crímen, que creían era casi perfecto. Para desgracia de los muchachos no hay crimen perfecto. Los familiares de César angustiados por no saber de su paradero entraron a la vivienda y la putrefacción  los condujo hasta donde yacía el cuerpo sin vida.

Al participarle al adolescente que estaba sentado en un sillón de la sala viendo televisión, él se hizo el sorprendido, posiblemente no meditó que el olor lo delataría.

Las autoridades acudieron al lugar y trasladaron el cuerpo a la morgue de Valencia. El hijo de la víctima después de algunas preguntas de los detectives fue el principal sospechoso. Lo trasladaron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), donde luego de las pesquisas determinaron la culpabilidad del adolescente y otros cómplices.

Los detenidos por el caso 

Mientras el hijo adolescente de la víctima se encontraba encarcelado en la subdelegación de la base de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de La Florida, otros sujetos implicados en el homicidio seguían en libertad, cambiando varios cheques que vecinos le habían dado a César para ser depositados en la entidad bancaria donde trabajaba.

Luego del cobro de los cheques, los efectivos del Cicpc capturaron a dos más de los involucrados en el homicidio. Fueron identificados como Joel Froilán Rodríguez Marcano, de 21 años y Jesús Francisco Gómez González, de 20.

Extraoficialmente se conoció que Rodríguez pagó una condena de cinco años en el Internado Judicial de Carabobo por el homicidio de su novia de 16 años, a quien habría lanzado desde un balcón en Bejuma.

Las autoridades continúan las investigaciones para determinar quien fue el autor material del crímen. Los dos jóvenes mayores de edad ya fueron imputados por la fiscalía 27 del Ministerio Público (MP).

Carlos Juan César, un hombre sencillo 

Carlos Juan César, de 51 años, era oriundo de Montalbán y a pesar de solo haber aprobado el tercer año de bachillerato trabajó desde los 18 años como ejecutivo en el Banco Occidental de Descuento en la Plaza Bolívar del municipio hasta el año 2012, cuando fue jubilado. Sin embargo se mantuvo como mensajero de la entidad bancaria.

Se desempeñó como colaborador en la funeraria Grupo Exequias Arcángel C.A.

Un caso similar también en Montalbán 

La muerte de Carlos Juan César llevó a los moradores de la zona, e incluso a la familia de la víctima, a recordar el homicidio de Lesly Fermín, asesinada por su hijo de 16 años el 2 de julio del 2014.

El cadáver de la dama, de 45 años, fue localizado en avanzado estado de descomposición en el interior de su residencia, en el sector Las Mercedes del municipio Montalbán. Presentó múltiples heridas ocasionadas con un objeto contundente, por su hijo.

La víctima estaba atada de manos y pies, con varios golpes y tenía una cinta adhesiva en la boca y la cabeza. Fue hallada envuelta en una bolsa plástica.

Otros casos

Amalia Margarita Díaz de Marsicobetre, de 85 años, fue asesinada dentro de su vivienda el 26 de julio de 2014. Presuntamente el homicidio fue cometido por su hijo Carlos Marsicobetre, de 60 años, y su nieto César Mago Marsicobetre de 24.

El jueves 31 de julio de 2014, un hombre de 36 años mató a su mamá, María Francisca Corrales de González, de 59 años, en la casa número 33 de la calle Bolívar del barrio Arturo Michelena del municipio Naguanagua.

 




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