Edson Arantes do Nascimento “Pelé”
Edson Arantes do Nascimento “Pelé”. Foto cortesía: La Sexta

Edson Arantes do Nascimento o “Pelé”, como lo conocen la mayoría de los fanáticos del fútbol alrededor del mundo, tras morir a los 82 años en el  Hospital Israelita Albert Einstein en São Paulo, Brasil, finalizó su historia con un culto que solo se le dedicaría al mayor exponente del deporte en el siglo.

El exfutbolista y ministro de deporte de Brasil, creció como el mayor de tres hermanos en la ciudad de Três Corações. A pesar de desarrollarse en un entorno complejo por las limitaciones económicas, supo materializar el sueño de cualquier niño que le gusta el fútbol. Aprovechó su talento sobrenatural y lo explotó para convertirse en un héroe nacional.

Inició su carrera profesional a los 13 años en el Club Atlético de Baurú, siguió con el Santos a los 15 años desde 1956 hasta 1974 y con el  New York Cosmos desde 1975 hasta retirarse a los 36 años en 1977.

Su trayectoria marcaría un estilo particular a la hora de jugar, lleno de ritmo, regates, pases y una capacidad extraordinaria de marcar goles que le daría los mundiales de 1958 (Suecia), 1962 (Chile) y 1970 (México).

Odir Cunha, historiador del Club que fue la casa del número 10, destacó la importancia del brasileño como fuerza dominante en el fútbol entre 1960 y 1970. «Mientras Europa vivía un renacimiento después de la Segunda Guerra Mundial, los amantes del fútbol querían ver a los mejores jugadores del mundo en acción, y entre ellos se destacaba Pelé, de Santos».

El culto al rey de Brasil, se inició con una de las últimas acciones de Jair Bolsonaro como presidente, con la declaración de duelo nacional durante tres días en todo el territorio. «Se declara luto oficial en todo el país, por un período de tres días, contados a partir de la fecha de publicación de este Decreto, en señal de duelo por la muerte de Edson Arantes do Nascimento, Pelé».

Fuegos artificiales, camisetas del número 10 y calles repletas de frases referenciales llenaron todo Brasil. Seguida de una capilla ardiente que visitaron más de 230 mil fanáticos, familiares y los máximos dirigentes de las federaciones de fútbol.

Sus restos se llevaron a través de la multitud en un camión de bomberos, como dicta la tradición con las grandes personalidades en Brasil. Rodeado de personas y banderas blancas, el recorrido terminó en el cementerio que tiene vista al estadio del Santos, el Memorial Necrópolis Ecuménica. 

Cerrando casi un siglo de historia y lucha, directa e indirecta, donde el deporte resaltó más que la raza o procedencia. El fútbol se convertiría a la par de Pelé, en un motor que uniría hasta hoy una nación. 

Con información de ESPN




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