(Foto referencial)

En los últimos 22 días han muerto Raziel Jaure de 10 años, diagnosticado con un germen pseudomona; Samuel Becerra de 12 años, quien había contraído una bacteria klebsiella y Dilfred Jiménez de 15 años. Los menores se complicaron tras presentar fiebre alta y dolores musculares asociados a las infecciones.

Yenelsy Cermeño aguarda con su hijo Christian Malavé de 12 años, quien hace dos meses contrajo klebsiella en el Servicio de Hemodiálisis mientras purificaba su sangre. En esta unidad hay un brote infeccioso que no solo afectó a él, sino a otros 16 infantes.

Christian continúa recibiendo diálisis a pesar de la circunstancia presentada en el servicio, por el motivo de ser un paciente que tiene insuficiencia renal crónica, su vida depende de estar conectado a una máquina para eliminar las toxinas de su organismo.

Establecer una causalidad no resulta complicado. Si la insuficiencia renal supone un riesgo, el brote infeccioso en la unidad, lo aumenta. Los padres sentirán angustia por la vida de sus hijos concluyó Belén Arteaga, jefa del Servicio de Hemodiálisis del Hospital de Niño.
Los padres saben el porqué del brote infeccioso. El informe elaborado por la Unidad de Gestión de Tecnologías en Salud –adscrita a la Fundación de Investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar (Funindes/USB)–, que contó con la Dirección de Salud del Gobierno del Distrito Capital y en el cual se determinaron que tres tanques de la institución presentaban califormes totales, fecales y aerobios mesófilos en valores altos. Las bacterias se encuentran en el agua almacenada en los tanques del hospital. Concluyendo que ameritan sanear las instalaciones y rehabilitar el sistema de aguas blancas y negras.

Días atrás, el director del J.M. de los Ríos, Víctor Siegert, reconoció que la causa de la contaminación del servicio provenía del agua que, en teoría, debe ser filtrada por la planta de ósmosis inversa, máquina que recibió mantenimiento preventivo correctivo en abril, luego de transcurrir ocho meses sin ser reparada. Arteaga cuestionó, tras el surgimiento de casos y los recientes fallecimientos, si los filtros de planta pueden eliminar las bacterias.

Al dispararse las alarmas, el personal del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel acudió recientemente al pediátrico para recolectar muestras en las diferentes áreas de la unidad para realizar un estudio bacteriológico. Aún se esperan por los resultados. Mientras tanto, la dirección del hospital decidió aplicarle al agua de los tanques pastillas de cloro para garantizar la pureza del agua.

Han transcurrido más de 70 días de reclamos incesantes por parte de los padres por esta problemática que se suma a un conjunto de carencias que tiene el centro pediátrico. En una protesta realizada en las puertas del hospital, a principios de abril, el director aseguró que la exministra de Salud, Antonieta Caporale, quien en sus cuatro meses en el cargo recorrió el centro de salud, tenía conocimiento de la crisis del J.M. de los Ríos y, en especial, sobre la situación de los pacientes renales.
Los padres sostuvieron una reunión, días atrás, con la viceministra de Salud, Linda Amaro, en la sede del Ministerio de Salud. Ella se comprometió a solucionar el problema de la Unidad de Hemodiálisis, incluso a reactivar área de Nefrología, ubicada en el 4 piso del hospital; dotar de medicamentos a la unidad; mejorar los servicios de radiología y laboratorios, enviar de una ambulancia e instalar cinco aires acondicionados. Pero aún están a la espera de las promesas. Ese compromiso esperan que también sea asumido por el nuevo ministro de Salud, Luis López, quien en declaraciones recientes, aseguró desconocer la muerte de los tres pacientes del servicio.

Ante la situación, Arteaga descarta que haya un cierre temporal de la unidad por el brote infeccioso. En el país no hay suficientes centros pediátricos con servicios de hemodiálisis que, además, cuenten con el número de pediatras nefrólogos óptimo para brindar atención a los infantes con insuficiencia renal. El servicio del Hospital de Niños tiene una capacidad para brindar atención a 15 niños.

El Pitazo.




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