Es posible que fuera el 22 de enero de 1958. Tres adolescentes salieron de clase en el Nuevo Valencia; dirigido por los profesores Luckert, Villaroel y Domínguez y se toparon con un suceso inusual. Al pié del monolito de la plaza Bolívar un joven hablaba a favor de la libertad. Era Humbertico, a quien llamaban así por ser hijo de Humberto Celli, el viejo, uno de los baluartes de la debilitada resistencia a la dictadura de Pérez Jiménez.
Un mes después se reabrió la Universidad de Carabobo y comenzó la organización de la Federación de Centros Universitarios. Bajo el clima de unidad nacional que envolvía al país, Iván Olaizola D´Alexandro, de la Juventud de URD, uno de los partidos que junto con AD, PCV y Copei conformaban la Junta Patriótica, se convirtió en el primer presidente de la FCU por un consenso entre los presidentes de los Centros de Estudiantes de Derecho, Ingeniería y Medicina, escogidos en Asambleas de cada una de las facultades con las que se reabrió la U.C.
El primer presidente de la FCU electo por votación directa fue Gallardo Castillo, de la Alianza MIR/Juventud Comunista triunfadora frente al estudiante de derecho, de la Juventud Revolucionaria Copeyana, Pedro Maninat. En la segunda elección la misma alianza ganó con Manuel Vadell.
El tercer presidente fue un estudiante de Medicina, Domingo Francheschi, a quien respaldo la coalición JRC/JAD que se impuso a la izquierda. Francheschi ganó por veinte votos en un total de unos 1000 votantes.
Posteriormente la izquierda recuperó la conducción de la la FCU en la que resultaron ganadores Juan Calatayud frente a Gerardo Saer; Damián Márquez de la JC ante Rubén Pérez Silva y Omar Montilla sobre el socialcristiano Arquímedes Román. Cerraron el ciclo Saturno Guerrero y Miguel Meza.
Entre los constructores de ese movimiento estudiantil plural y competitivo, con un liderazgo con formación doctrinaria y dos estrategias contrapuestas, la insurreccional y la democrática, se disputaban el apoyo de los estudiantes. La universidad era una isla dentro del país, no su reflejo. Hasta que la política de pacificación de Caldera I y la autocrítica de la mayoría de la izquierda se resolvió retornar a la vía electoral y reingresar a la CTV.
Entre los constructores de ese movimiento destacaron en la primera fase figuras como Aquiles Materán, el Bachi Beltrán, Juan canguro Jiménez. En una fase posterior a la renovación que cuestionó la estructura estudiantil imperante, asistió a la extinción de la presencia de los comunistas por el surgimiento del MAS y a la aparición de nuevos líderes como los de la tendencia troskista integrada por Julio Castillo, Paqui Yánez, Alberto Franceschi; el trío de mepistas conformado por Orell Zambrano, Luis Arráez, Antonio Ecarri B. y figuras emergentes como José Hurtado, Chiquito León, José Luis y Ricardo Maldonado; Euclides Querales, Silverio Hernández; Celio Celli, Gustavo Miranda, Edgar Pérez; Osmel Ramos, Oswaldo Dilorenzo, el musiú Ledezma, Ramón Rosales, Luis Enrique Viscaya, Gustavo Hernández y los presidentes más recientes de la FCU como Leonardo González, Orlando Gómez, Leo Pineda hasta llegar al actual, Marlon Díaz, electo en el 2018 en una campaña que enfrentó la intromisión y violencia del gobierno regional.
El movimiento estudiantil hoy está requerido por las necesidades concretas de los estudiantes, el rescate de la democracia ý un cambio institucional que permita colocar la autonomía universitaria en defensa del país.
El futuro es tan inmenso e incierto que, aunque no se crea, resulta útil volver a encontrar el hilo de los hechos perdido en una memoria llena de vacíos.
