El arzopispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette, aclaró que ningún sacerdote está obligado a abrir las puertas de su iglesia a partir de este miércoles 4, cuando se retomarán las actividades para oficiar misas.
El prelado de la iglesia católica indicó que serán los padres quienes decidan si desean hacerlo o no. Debe tomar en consideración su estado de salud y el de la feligresía cercana.
En conversaciones con el periodista Ricardo Graffe en Unión Radio, el obispo consideró prudente el porcentaje de 40 por ciento de aforo, que ha autorizado el gobierno, pues meses atrás era de 20 por ciento, pero solo tuvo una duración de dos domingos, en el caso de Carabobo, por el repunte de COVID-19 que se presentó.
Igualmente señaló que a los sacerdotes de la diócesis se les ha indicado que se debe cumplir el protocolo de bioseguridad en los templos. Es decir, el uso del tapabocas, lavado de las manos y mantener una distancia de metro y medio entre unos y otros.
Comentó además que el Ministerio de Interior Justicia y Paz sugirió que se hagan las misas en espacios abiertos, como estacionamientos, por ejemplo, pero esto no se podrá cumplir por el sol y la lluvia que pueda afectar.
Del Prette informó además que al momento de la comunión, la entrega de las hostias será estrictamente en las manos de los feligreses. También se podrán realizar bautizos y matrimonios con poca presencia de personas.
Apuntó que el gobierno no quiere que se hagan los matrimonios, no por la ceremonia eclesiástica en sí, sino por las fiestas posteriores. Por eso se recomienda a los contrayentes celebrar en la más estricta intimidad, es decir con pocos invitados.
