“No puede ser”, continuó, “que se estén exponiendo, cuando están haciendo su servicio”, indicó el pastor diocesano, en relación a la atención sanitaria en este tiempo de pandemia por el covid-19. “Quiero pedirle de corazón, no solamente que lo haga aquí en el Táchira, sino en todo el país, pero de manera especial, aquí”, detalló la publicación de La Nación
Antes de impartir la bendición final, Moronta agradeció a Dios por la entrega de los médicos y de todo el personal de salud que arriesga sus vidas. “Pero que el Estado les provea de lo que necesitan”.
El obispo también pidió lo que consideró un gesto de buena voluntad: “Sé que es difícil que acepten, pero les quiero pedir de todo corazón a las autoridades que liberen a aquellos presos que por motivos políticos están detenidos. Que les hagan su juicio, si quieren, pero en libertad”.
Abogó de manera especial por los tachirenses. Sabiendo que son más, mencionó a tres: a los diputados a la Asamblea Nacional por el Táchira Juan Requesens y Renzo Prieto y al joven Deiby Jaimes. “Hagan un gesto de buena voluntad. Le hablo al corazón, no le hablo al político, le hablo al hombre que puede tener sentimientos”, expresó.
De manera inédita, en esta celebración eucarística la Iglesia local consagró el Táchira y los Andes venezolanos ante el Santo Cristo de La Grita. La oración leída este 6 de agosto por primera vez, comunicó el jefe de la Iglesia local, podrá ser elevada por los devotos desde casa cuando lo consideren necesario. Es un canto de alabanza al Patrono, por las más sentidas peticiones del pueblo.
Lee la nota completa de Daniel Pabón en La Nación