Con un concierto de la Orquesta Sinfónica Venezuela, bajo la dirección del extinto José Antonio Abreu, el 19 de abril de 1983 se inaugura la Sala Ríos Reyna, con lo cual se abrió completamente al público el Teatro Teresa Carreño.

Su construcción se inició a finales de 1972, luego de conocerse el resultado del concurso convocado para la elaboración del anteproyecto de una sala de conciertos para sede de la referida orquesta, donde resultó ganador el proyecto presentado por Jesús Sandoval, Tomás Lugo y Dietrich Künckel.

Desde el 12 de febrero de 1976 ya estaba en funcionamiento la Sala José Félix Ribas, bautizada en esa fecha con un concierto de la Orquesta Nacional Juvenil “Juan José Landaeta” dirigida por el director mexicano Carlos Chávez. A esta agrupación se adjudicaría dicha sala como sede permanente.

La inauguración del Teatro venía a suplir una necesidad de la ciudad de Caracas, que desde mediados de siglo venía solicitando una nueva sala que mejorara las carencias del ya casi centenario Teatro Municipal.

El proyecto concebido como una sala de conciertos es modificado en 1971 por el Presidente del Centro Simón Bolívar Gustavo Rodríguez Amengual, quien solicita que se convierta en una sala de usos múltiples que permita la presentación de ballet, ópera, conciertos y otras manifestaciones artístico-culturales.

El Complejo, edificado sobre un terreno con superficie de 22.586 m2, 80 mil metros cuadrados de construcción y con un costo de cerca de 500 millones de bolívares, se esquematizó como una estructura arquitectónica integrada al paisaje colindante del Parque Los Caobos.

Destacados especialistas estuvieron involucrados en la culminación del conjunto de edificios que conforman el Teatro y en su acondicionamiento para la apertura al público. El cálculo estructural fue responsabilidad de los ingenieros José y Cecilio Luchsinger, Federico Alminara, Natalio Manchellum y José Ignacio Pulido, también ingenieros, realizaron las instalaciones eléctricas.

Mientras que la parte mecánica fue realizada por los ingenieros Isaac Kizer y Yolanda Sánchez con la consultoría de la compañía John L. Altiere y asociados. La asesoría en acústica y mecánica teatral la prestaron Bolt Beranek and Newman (Cambridge, Massachusetts) y George C. lzenour Associates (New Havor, Connecticut), respectivamente.

Con estos valores y los más representativos de cada área en que se apoyó la construcción del Teatro Teresa Carreño, es lo que lo convierte en “la obra arquitectónica destinada a fines culturales más importante construida en Venezuela en los últimos cien años”.

Con información de la página web: www.teatroteresacarreno.gob.ve




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