Las decisiones del Consejo Universitario que anunciaban elecciones, avivaron el congelado mundo universitario.
Transcurridos 15 años de empobrecimiento político y científico, cultural y tecnológico. Bajo una extensa sombra de empañamiento ético, emborronamiento de la vida universitaria, aderezada con plantillas de vampiros, autobuses de cauchos espichados,plenos de imágenes de los culpables de la desgracia del país y la universidad.
No es abundoso insistir sobre las causas que generaron este asunto. El gobierno autoritario, en lo que parece un arrebato populista, pero que no lo es totalmente, porque también entraña una pérfida maniobra troyana, al introducir un elemento de confrontación entre los sectores universitarios, impone de manera arbitraria una decisión de incluir a Obreros y Empleados en las elecciones de Autoridades Universitarias. Esta imposición alega una supuesta democratización, que el régimen no practica, viola la Constitución Nacional, Art. 109, el cual consagra la Autonomía Universitaria; le permite a la Universidad tomar sus decisiones sobre darse su propio gobierno, sin interferencias de ninguna otra naturaleza.
Es histórico, legal y evidente, que el proceso enseñanza-aprendizaje involucra por su naturaleza a estudiantes y profesores íntegramente; su ejercicio, ejecución, aprobación, regulación, y resultados, involucran ambos actores, formal y normativamente. Los estudiantes participan en un equivalente al 25% del total del Claustro Profesoral y ambos integran el Claustro Universitario, el cual elige las autoridades universitarias.
También es histórico y evidente el importante y respetable papel de apoyo, que juega el personal obrero y administrativo para el cumplimiento de la misión universitaria.
Cada sector tienen una problemática natural que los circunda y hay problemas que los acerca como son las luchas comunes para cumplir el papel social de la institución, las luchas nacionales, la defensa de su Autonomía, del presupuesto universitario, el ámbito reivindicativo etc.
Pero al interior universitario están claramente definidas sus naturalezas y cada una tienen sus expresiones gremiales e intereses, sin interferencias entre sí.
Ante la jugarreta populista, pérfida e inconstitucional, que presiona por una reglamentación y no permite una decisión autónoma, debatida democráticamente, surgió en la UCV una forma reglamentaria que busca fluidez y se estableció un porcentaje representado por una participación del 10 % de los sectores aludidos en la decisión gubernamental. Acudieron a las Elecciones y el resultado fue el nombramiento de nuevas Autoridades Universitarias.
Luego de un vacío y largo silencio, en la Universidad de Carabobo, se siguió el ejemplo que Caracas dió… lo demás es historia instantánea.
Se aprobó un reglamento similar al de la UCV, se convocó al proceso electoral luego de quince largos años; estando a pocos días del evento electoral fue suspendido por el todopoderoso TSJ, alegando la introducción de un amparo judicial que reclamaba la participación del Sector de Obreros y Empleados, en un porcentaje del 100%, es decir, en una relación de igualdad al Sector Profesoral; dicho de otro modo: Uno a Uno. El recurso fue introducido por dos dirigentes del Sector de los Empleados Universitarios; uno de ellos condecorado por la Rectora en fecha anterior y otro, Secretario General, ambos miembros del partido de gobierno. Olvidé mencionar que había una plancha rectoral integrada por decanos de la gestión actual.
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