La continuidad de la formación artística de al menos 500 jóvenes carabobeños pende de un hilo. Se trata de los estudiantes de la mítica Escuela de Música Sebastián Echeverría Lozano, en Valencia, cuya sede debe ser desalojada después de más de 40 años debido a que el dueño del inmueble así lo solicitó a principios de diciembre del año pasado.
Tanto el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, como el titular de la Secretaría de Educación del Ejecutivo regional, Geniber Cabrera, se comprometieron a buscar un nuevo espacio adecuado para la reubicación. Sin embargo, casi tres meses después de iniciadas las conversaciones entre las partes, no hay consenso. Las propuestas de la gobernación no cuentan con el respaldo de los docentes, estudiantes ni representantes.
La sede actual, en la urbanización Las Acacias, tiene 13 salones, seis baños, un auditorio, cuatro oficinas y un cafetín, dijo en entrevista con El Carabobeño el profesor de lenguaje musical y guitarra, Luis Ricardo Delgado, quien detalló que inicialmente les propusieron mudarse a la Escuela Guzmán Blanco, luego a la Unidad Educativa Lisandro Ramírez y por último a las instalaciones disponibles en la Plaza La Vacante.
Las tres opciones fueron rechazadas por la comunidad de la escuela de música, según Delgado, porque no reúnen las condiciones idóneas para el óptimo desarrollo de las actividades académicas. “Debe ser un sitio adecuado, accesible, que tenga la infraestructura necesaria para albergar a nuestros estudiantes, porque esas que nos están ofreciendo no sirven, no están en buenas condiciones”, explicó.
Delgado, quien forma parte de la nómina de más de 30 maestros, aseguró que todos en la institución están de acuerdo en que hay que entregarle el inmueble a su dueño. Pero, a su juicio, no es justo que “en menos de cuatro meses tengamos que mudarnos porque sí, nada más preocupándose por el derecho que tiene el dueño, pero los derechos de los estudiantes y de los que trabajamos son obviados”.
Denunció, además, que esta semana pretendían sacar los instrumentos de la sede actual para meterlos en un depósito, acción que rechazó ya que, si son almacenados en un lugar inadecuado y en desuso, corren el riesgo de deteriorarse hasta eventualmente dañarse.
Julia Brito tiene 17 años. Es estudiante del tercer año musical de la escuela, pertenece a la orquesta y estudia viola y piano. En nombre de sus compañeros instó al Ejecutivo nacional a que los ayude a encontrar “una sede digna y propia para garantizar la continuidad y culminación de nuestros estudios”, así como también la entrega de los instrumentos asignados para continuar las clases vía on-line.
“Todos los estudiantes nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Por qué la Secretaría de Educación no permitió que se realizara la inscripción del respectivo año escolar 2020-2021? ¿Por qué si esta escuela tiene más de 40 años en esta sede se nos avisó solo con cuatro meses de anticipación su traslado? ¿Por qué las necesidades del dueño son priorizadas y las peticiones de más de 500 estudiantes son postergadas?”, expuso la joven músico.
Betzabeth López, vocera de los padres y representantes de la escuela, aseveró que desde la Secretaría de Educación no les han dado la oportunidad de mediar una prórroga legal que les permita, en un tiempo prudencial, ubicar otra sede que sea adecuada.
“En varias oportunidades hemos tenido reuniones con las autoridades. La última propuesta fue la Plaza La Vacante, un lugar sumamente inseguro del cual tenemos una reseña bastante lamentable con otra orquesta, la cual tuvo que desalojar porque los robos eran prácticamente semanales”, sostuvo López.
La representante advirtió que el traslado de la sede a un espacio inadecuado atenta contra la educación de los más de 500 jóvenes matriculados y el patrimonio cultural construido por la institución, respaldado por una trayectoria que supera los 83 años de vida artística y formación de grandes talentos en Carabobo.
Su llamado es claro: “Necesitamos el apoyo de las autoridades y que escuchen nuestras propuestas. Sabemos que este es un inmueble de propiedad privada y que su dueño lo necesita, pero pedimos tiempo y apoyo para encontrar una sede realmente digna para esta escuela”, agregó.
