Luego de acumular seis unidades y ocupar el úlltimo lugar de la tabla la clasificación a Rusia quedó descartada/ Foto: AFP

Era cuestión de tiempo: Venezuela se convirtió en la primera selección matemáticamente eliminada en la clasificatoria sudamericana a Rusia-2018, pero será juez en la pugna por plazas en el Mundial mientras se reconstruye con miras a Catar-2022.

Colombia, Argentina, Uruguay y Paraguay -cuatro equipos metidos en la pelea por los cupos- serán rivales del combinado que dirige Rafael Dudamel en las restantes cuatro jornadas.

Brasil, que garantizó la clasificación, lidera con 33 puntos; escoltado por Colombia, con 24, Uruguay y Chile, con 23 cada uno, y Argentina, con 22. Tres boletos directos y uno para la repesca están en disputa con 12 unidades pendientes.

Ecuador, con 20, y Perú y Paraguay, con 18, se niegan a morir.

Por ello, Venezuela será «juez directo», reconoció Dudamel, a la vez que aconsejó a sus jugadores actuar con «carácter para levantarse» ante las adversidades.

Con apenas seis puntos, producto de una victoria, tres empates y diez derrotas, y 17 goles a favor y 34 en contra, la selección vinotinto no tiene muchas cosas que celebrar.

Su único consuelo es el surgimiento de figuras jóvenes, ganando creciente protagonismo.

Hay que ser muy fuertes

Dudamel se hizo cargo del seleccionado con las posibilidades de avanzar a Rusia-2018 hipotecadas. Bajo la dirección de Noel ‘Chita’ Sanvicente, su antecesor, el equipo apenas sumó un punto en las primeras seis jornadas.

El exportero tuvo un prometedor estreno en el banquillo vinotinto con la clasificación a cuartos de final en la Copa América Centenario, disputada el año pasado en Estados Unidos, pero los resultados siguen siendo negativos en la clasificatoria mundialista.

Para el técnico, «convivir con el último lugar» se hace «difícil».

«Si todo fuese la pelota sería maravilloso, sería más sencillo, pero hay que atender la autoestima del jugador que viene desde su club a luchar contra esta gran adversidad», expresó el timonel de 44 años.

Ha habido momentos de mejoría, pero la irregularidad ha sido constante, con minutos de incertidumbre que cuestan puntos fecha tras fecha.

El pasado jueves, Venezuela llegó a tener ventaja de 2-0 contra Perú en el descanso, pero se derrumbó tras recibir un gol a los 25 segundos del segundo tiempo y terminó cediendo un empate 2-2 en casa.

El martes, en derrota 3-1 ante Chile, un arranque terrible provocó que los venezolanos, completamente desbordados por sus contrincantes, llegaran al descanso en desventaja de 3-0. Aunque reaccionaron y lograron descontar por intermedio de Salomón Rondón, ese envión fue insuficiente.

Firmeza en la renovación

No ha quedado más que renovar y a ello apunta Dudamel, quien presentó una convocatoria con un promedio de edad de 23,4 años para los encuentros contra peruanos y chilenos.

Un ejemplo: el portero Wuilker Faríñez, de 19 años e integrante de la selección venezolana que el mes pasado consiguió la clasificación al Mundial Sub-20 de Corea del Sur-2017, defendió el arco en ambos compromisos.

Dudamel pide paciencia, prometiendo que las cosas pueden cambiar en la medida que el equipo adquiera «madurez».

«Hay que tener mucha claridad y mucha firmeza en los objetivos trazados. Debemos tener mucho pie de plomo para aguantar lo que las derrotas significan», destaca el técnico.

«No es nada fácil este tipo de traspiés, pero acá me van a encontrar: siempre firme», avisó.




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