EFE
Los resultados de este trabajo fueron conocidos este lunes y
publicados en el boletín de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. con el
título «Contrarrestando las actitudes antivacunación».
El informe indica que en 2014 se triplicó el número de casos
de sarampión detectados en EE.UU. con respecto a 2013 a pesar de que la
enfermedad se considera erradicada en el país desde 2000 y se atribuye este
resurgimiento a una «peligrosa tendencia: padres que se niegan a vacunar a
sus hijos»
Los investigadores constataron que los esfuerzos actuales
para frenar el avance del movimiento antivacunación no han dado los resultados
esperados e incluso han resultado contraproducentes.
El principal temor que ha alimentado la oposición a las
vacunas es su asociación con el autismo, una vinculación que se apoya en un
estudio científico que fue desacreditado y del que su autor se retractó.
Los autores realizaron pruebas a 315 personas que
participaron en tres grupos de estudio, uno de ellos de control, mientras que
otro recibía información que desacreditaba las teorías antivacunas y el tercero
era expuesto a testimonios escritos y visuales sobre las consecuencias de
enfermedades como el sarampión, las paperas y la rubeola.
Los investigadores hallaron que los participantes que recibieron
explicaciones sobre los problemas que generan las enfermedades víricas se
mostraron más proclives a vacunarse que quienes fueron expuestos a los
argumentos que niegan que las vacunas favorezcan el autismo en niños.
De hecho, la opinión sobre la relación entre autismo y
vacunas apenas varió entre aquellos que fueron informados de que la comunidad
científica rechaza que exista vínculo alguno.