Argentina deambulaba por la cancha del Kazán Arena, abajo en el marcador por el gol tempranero de Antoine Griezmann, con el control del balón pero sin ideas claras de juego, cuándo Ángel Di María recibió la esférica a unos 35 metros de distancia del arco defendido por Hugo Lloris y sin pensarlo mucho disparó un potente zurdazo que ingresó en el ángulo superior izquierdo.
Fue al minuto 41, cuándo los argentinos deseaban llegar al descanso para replantear estrategias y poder hacerle frente a la favorita Francia. Ahora, la historia está igualada.