Especialistas aseguran que el país está en “involución”. (Foto Archivo/El Carabobeño)

Dayrí Blanco

Una vez más el atraso promete volverse histórico. El Banco Central de Venezuela (BCV) tiene una deuda con el país. El próximo viernes 10 de abril cumplirá tres meses de atraso en la publicación de las cifras de inflación, que meses atrás era cuestionada por diversos especialistas como maquillada, pero ahora simplemente se ha dejado de difundir.

La irregularidad se ha convertido en una constante desde 2014. El sustento puede estar en la interpretación de la reforma de la Ley del BCV que establece que la información a publicar es la que se considere pertinente. El año pasado hubo un retraso marcado con los números de junio y julio. Los de agosto se conocieron el 9 de septiembre, y después volvió la sequía de información. Se desconocían los números de septiembre, octubre, noviembre y diciembre, hasta mediados de febrero cuando se dio a conocer que Venezuela registró una inflación de 68,5% en 2014, la más alta de América Latina.

Las contradicciones entre las cifras y el discurso político del Ejecutivo puede ser la razón de esta falla. Así lo consideró el economista y profesor de la Universidad de Carabobo Pablo Polo. “Aunque la realidad indica que la inflación nos está comiendo”. Se trata del secreto peor guardado por el Gobierno. Otra probabilidad preocupante es que el BCV se esté quedando sin personal calificado para realizar los cálculos. “Los salarios del sector público se han retraído de forma considerable producto del mismo fenómeno de la inflación”.

Números negativos

La directora de Síntesis Financiera, Tamara Herrera, fue tajante al sostener que existe un gran temor de parte de las autoridades a divulgar información que todos saben que es negativa. Según cálculos de la firma que representa, en lo que va de año los precios han subido en 20% y la medición interanual de la inflación se proyecta en 90%. Pero esos números podrían ser superados por diferentes variables como las expectativas negativas de población y el incremento del nuevo fenómeno del “bachaqueo”.

Pero no solo se han dejado de publicar los datos inflacionarios. Tampoco se ha difundido el índice de escasez y datos del Producto Interno Bruto (PIB), así como el crecimiento de los diferentes sectores de la economía nacional, y los componentes de la balanza de pagos. Herrera estima que todos esos números deben ser negativos. En cuanto al PIB dijo que la caída para el 2015 será de 8%.

Atraso e involución

No conocer la inflación oficial, debidamente medida y publicada oportunamente es un serio inconveniente para los sectores públicos y privados que no pueden hacer los registros de desempeño, ni las planificaciones respectivas. También crea un problema normativo al momento de hacer los ajustes contables y presentación de estados financieros.

Herrera destacó que la información estadística de un país se relaciona con su nivel de desarrollo. “todo indica un atraso. Estamos en involución”.

Polo recordó que en el plano internacional también se deben conocer estos números.




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