El problema en la avenida Padre Bergeretti, parroquia Candelaria, regresa cada cierto tiempo. Las aguas negras brotan de la boca de visita principal, lo que genera molestia entre comerciantes, vecinos y transeúntes regulares e irregulares. El mal olor se empieza a sentir en la avenida Lisandro Alvarado. Acercarse al núcleo del problema es horrorizarse. 

La última vez que sucedió fue posterior a un aguacero que generó el colapso, esta vez, no hubo lluvia de excusa. Pedro Montilla expresó que en ocasiones el líquido es completamente negro. En la zona existen ventas de comida. “Se puede transformar en un problema de salud”. 

Esta vez ha sido la peor, comentó Regina Cabeza, quien señalaba desechos humanos en la vía. La contaminación la sufren en sobremanera los vecinos del área. Las denuncias se han realizado constantemente, Rafael Hernández, trabajador de la zona, lo constató. Sin embargo, el personal de Hidrocentro no aparece oportunamente, lo que se transforma en una complicación extendida. 

Para quienes trabajan en la calle es peor. No poseer negocio con puertas o ventanas que cerrar significa tragarse el mal olor. Tal es el caso de un vendedor de pinturas de la zona quien lleva años en el sitio. A pesar que en ocasiones anteriores han destapado con el camión Vacuum, el desbordamiento reaparece. (SP)




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