AP

La debacle de Chelsea fue casi tan estrepitosa como el campeonato de Leicester en la Liga Premier.

La derrota 3-2 del sábado ante Sunderland garantizó que Chelsea terminará la temporada como el equipo que peor desempeño ha tenido después de salir campeón en los 24 años de existencia de la liga.

El conjunto azul terminará noveno en el mejor de los casos y podría finalizar incluso undécimo. Hasta ahora nadie había terminado más abajo del séptimo lugar del Manchester United de la temporada 2013/14.

Para colmo, el domingo, en el cierre de la temporada, los jugadores de Chelsea tendrán que hacerle una guardia de honor a los de Leicester, el nuevo campeón, siguiendo una vieja tradición del fútbol inglés.

Al frente de Leicester estará Claudio Ranieri, un técnico que el dueño de Chelsea Roman Abramovich despidió en el 2004 para contratar a José Mourinho.

Chelsea ganó por paliza el último campeonato de la mano de Mourinho y nada hacía prever una crisis. Pero esta temporada todo se vino abajo.

De entrada se produjo el desencuentro entre Mourinho y la doctora Eva Carneiro, a quien el técnico increpó en público por atender a un jugador y no dejar que corriese el reloj hacia el final de un reñido partido. Jugadores de cartel como Eden Hazard, Nemanja Matic y Diego Costa no estuvieron en su nivel y el sábado, en un reflejo del mal ambiente que se vive en el club, John Terry se hizo expulsar en el que debe haber sido su último partido con la casaca azul luego de 703 presentaciones.

Terry, de 35 años, está en el club desde que tenía 14 años y no se le ha ofrecido una renovación de su contrato.

Stamford Bridge va a ser un sitio muy diferente la próxima temporada. Con la partida casi segura de Terry, se va el último sobreviviente de una camada que encumbró al equipo y que incluyó a Petr Cech, Frank Lampard y Didier Drogba.

El club no disputará la Liga de Campeones por primera vez desde el 2003 y eso hará que resulte más difícil atraer jugadores de renombre.

El nuevo técnico Antonio Conte tendrá que fijar prioridades y decidir, por de pronto, cómo reemplazar a un caudillo como Terry y si vale la pena retener al irascible Diego Costa. El club deberá convencer a Hazard de que se quede y reforzar el ataque. Habrá que ver también si Abramovich trata de contratar jugadores de elite y si figuras jóvenes como Ruben Loftus-Cheek, Kenedy y Bertrand Traore están para dar el gran salto.

Si Italia llega a la final de la Eurocopa, a jugarse el 10 de julio, Conte tendrá apenas un mes para planificar la nueva temporada. Seguramente ya está abocado a la nueva tarea, pero de todos modos llegaría con muy poco tiempo de trabajo con su nuevo equipo.

Está claro que hay que hacer una profunda renovación. Lo que no se sabe es si Abramovic abrirá su bolsillo. La temporada pasada no lo hizo y esa fue tal vez una de las causad de la debacle y de la partida de Mourinho




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