Una toma clandestina de agua en plena vía pública mientras la urbanización carece del servicio. (Foto José Alberto Ochoa)

Beatriz Rojas || brojas@el-carabobeno.com

La disminución en la calidad de los servicios públicos, así como el incremento de la inseguridad en la zona, son los males que aquejan a los habitantes de urbanizaciones cercanas a terrenos que han sido invadidos.

Este es el caso de la urbanización Parque Valencia en la parroquia Rafael Urdaneta, cuyos moradores han visto modificar su estilo de vida desde que fue invadido el terreno aledaño, a finales de 2008.

Vecinos aseguran que antes que el área fuera invadida se contaba con servicio regular de agua, así como de electricidad y aseo urbano. Ahora el líquido llega dos veces por semana, lo que obliga a almacenarla. En la vía principal se aprecia en varios tramos cómo se hicieron tomas clandestinas del tubo matriz.

La electricidad falla a cada momento, porque en la mayoría de los casos llega con poca potencia, debido a que los ocupantes ilegales del terreno se pegaron a los transformadores.

Lo que más preocupa a los vecinos es la inseguridad reinante en la zona. Aseguran que antes Parque Valencia no formaba parte de las informaciones que salen en los periódicos en el área de sucesos, ahora que no se incluya un fin de semana es lo extraño. “Ahí matan a dos y tres personas, que por lo general son delincuentes, cada fin de semana”, comentó un ciudadano que pidió no ser identificado por temor a represalias.

El afectado dijo que años atrás los vecinos podían sentarse al frente de la casa a conversar, pero ahora es imposible porque los atracan. La gente ya no camina por la calle con algún objeto de valor, porque sabe que de la nada sale un ladrón y se lo quita.

Otra señora señaló que si bien es cierto en las invasiones hay gente necesitada de vivienda, hay otras que lo que tienen son grandes negocios. Citó por ejemplo que allí funcionan seis transportes de carga pesada, por lo que ocupan grandes extensiones del terreno.

Vecinos denunciaron que la panadería y algunos otros comercios del centro comercial viejo, han sido atracados en diversas oportunidades.

Verónica Ramones manifestó que los comercios sólo trabajan mediodía, por la falta de agua y por temor a los delincuentes. José Palencia pidió que vuelvan a poner en funcionamiento el puesto del Dibise, mientras que Pablo Guillén espera que mejoren los servicios públicos.




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