Zhang-Ke escribió un guion diferente para cada periodo de la historia. (Foto Archivo)

EFE

Los sentimientos que unen a los seres humanos y el paso del tiempo son los temas que centran «Shan he gu ren» («Mountains May Depart»), una película del chino Jia Zhang-Ke que compite por la Palma de Oro de Cannes y que fue recibida con división de opiniones.

Aplausos al final de la proyección pero también opiniones contrarias a un filme que transcurre de 1999 a 2025 y que cuenta la vida de tres amigos, dos chicos y una chica, y de los diversos caminos que toman sus vidas.

«Los sentimientos que unen unos a otros son inmutables», explicó en rueda de prensa el realizador, que asegura que desde hace tres o cuatro años quería hacer un filme sobre los sentimientos.

Zhang-Ke comenzó a hacer películas con 20 años y ahora tiene 45. «Puede que por mi edad y por el hecho de que he acumulado experiencias en la vida, tenga una nueva comprensión sobre lo que pasa a nivel de sentimientos entre los seres humanos», señaló.

Una película que comienza y termina en Fenyang (noreste de China), donde viven los tres amigos. Con una escala en Australia, lugar al que se traslada uno de ellos con su hijo.

«He viajado mucho y he ido a visitar a amigos que han emigrado a Nueva York, Washington, Toronto o Melburne, pero finalmente elegí Australia. Me interesa porque no está en el mismo hemisferio. Fue una elección por la distancia física de China, pero también por el alejamiento sentimental», señaló el realizador.

Ganador del León de Oro de Venecia por «Naturaleza muerta» (2006) y premio al mejor guion en Cannes en 2013 por «Un toque de violencia», Zhang-ke es un director que disecciona con precisión la sociedad china y la brutal evolución de los últimos años.

En esta ocasión ha querido hacer un retrato que abarca una parte importante de la vida y el contexto social se queda un poco en segundo plano, aunque los cambios en la sociedad se pueden ver claramente a través de la vida de los protagonistas.

«Para mí era imposible contar lo que yo quería si el filme solo cubría un periodo de dos a tres años. Se necesita tiempo para explicar la complejidad de la vida», resaltó.

Zhang-Ke escribió un guion diferente para cada periodo de la historia. El de los noventa, la época de la fiebre de la juventud, con un sabor más azucarado; el de 2014, cuando los protagonistas rondan los cuarenta, algo más duro, y el de 2025, con una cierta amargura.

Y dentro de la narración es muy importante la música, que sitúa cada época. Especialmente una canción que al director le recuerda su juventud en los noventa, «Go West», en la versión de 1993 de Pet Shop Boys, y que protagoniza de una forma un tanto kitsch el comienzo de la película.

Un filme que tiene una parte en el futuro como forma de cambiar de punto de vista y como impulso para reflexionar «qué hemos hecho de nuestra vida y cómo entendemos nuestras decisiones del pasado», indicó el realizador.

«Para mí ahora es el momento de parar y observar porque tengo aún un largo camino por delante», agregó.




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