El Real Madrid venció con solvencia (2-0) al Eibar, en un encuentro en el que los dirigidos por Zinedine Zidane dominaron para llevarse los tres puntos y meter presión al Atlético de Madrid y al Barcelona.
El entrenador francés volvió a apostar por el 3-5-2, con Militao, Nacho y Mendy en el fondo de la zaga; Lucas Vásquez y Marcelo como carrileros; Casemiro, Modric e Isco en el medio campo y Benzema junto a Asensio en la delantera.
Los blancos, sabiendo que cualquier resultado diferente a una victoria les baja de la pelea por LaLiga, salieron con hambre. Dominaban apoyados en la conducción de Modric e Isco y en la amplitud que daban por banda Vásquez y Marcelo. Fue, a través del brasileño, que llegarían las primeras ocasiones. En el 5′, el lateral metió un centro medido al área para que Karim empujara de cabeza a la red. Sin embargo, el árbitro señaló fuera de juego.
El lateral se mostró a un gran nivel en esa posición. Con Mendy cubriéndole la espalda y libre de tareas defensivas, aportó toda su imaginación en ataque y sus centros medidos al área.
El Madrid siguió, apoyado en el brasileño, intentando con paciencia tumbar el muro del Eibar. Pero parecía que, como tantos partidos en esta temporada, los blancos se cegaban en los últimos metros. Dominaban y se mostraban superiores, pero la pelota parecía no querer entrar. Cuando no era un gol anulado por fuera de juego, Asensio la estrellaba en el travesaño. Cuando el poste no evitaba el gol, Dmitrovic se hacía grande para defender su arco. Todo indicaba que era una de esas tantas tardes en las que los blancos parecían enojados con el gol.
Sin embargo, un robo de Casemiro en tres cuartos de cancha fue lo necesario para encontrar descolocada a la zaga visitante. El brasileño metió un pase para Asensio, quien con un control orientado se fue directo al área. En el uno contra uno ante Dmitrovic, cruzó el disparo y puso el 1-0. Un gol que permitía al Madrid irse con ventaja al descanso y daba tranquilidad a Zidane en el banquillo.
Tras el mediotiempo, ese dominio que mostraban los blancos no salió a relucir en los primeros minutos del complemento. La tarde madrileña comenzó a hacerse más oscura, con una fuerte lluvia cayendo sobre el Alfredo Di Stéfano. Y a medida que el sol se escondía, parecía que el Madrid también lo hacía.
El Eibar salió con otra cara, plantándose con mayor actitud en campo contrario y negando a los locales la salida. Fue entonces cuando Zidane, dándose cuenta de esta situación, buscó la reacción metiendo en el campo a Kroos y Rodrygo en el 60′, y a Vinícius y Arribas en el 66′.
Los cambios dieron otra cara a los blancos, que se revelaron ante la buena presión del Eibar y la intensa lluvia. Fue precisamente uno de los jugadores que ingresó quien destrabó el encuentro y dio mayor tranquilidad a los suyos.
Vinícius fue el protagonista. Ese que suele nublarse en los metros finales, irónicamente estuvo más claro que nunca en un día lluvioso. Hizo lo que mejor sabe hacer, rompiendo la cintura a su marcador, y metió un centro medido con la zurda para que Benzema, esta vez habilitado, cabeceara a la red.
El francés, que recibió este sábado el premio a mejor jugador de LaLiga en marzo, continuó con su racha goleadora. En sus últimos cinco partidos ha marcado siete tantos, mostrándose como el auténtico líder ofensivo de la casa blanca.
Con el 2-0, los merengues recuperaron el control y amarraron el resultado. Zidane aprovechó para seguir moviendo el banquillo y dar descanso a jugadores importantes pensando en la semana que se les viene. Disputarán la serie ante el Liverpool (6 y 14 de abril) y el Clásico español ante el FC Barcelona (10 de abril) en apenas ocho días, partidos en los que se jugarán buena parte de la temporada.
