Maleza, basura y oscuridad reinan en el abandonado Boulevard Caprenco de Naguanagua. Los vecinos que anhelan la recuperación del espacio solicitaron al alcalde Gustavo Gutiérrez atender el llamado.
A José Rivero, vocero del Consejo Comunal de la urbanización, le duele caminar por el lugar y encontrarlo tan descuidado. En el paso era normal ver a niños jugando, personas haciendo ejercicio y grupos de baile, pero ahora sólo observa bancos y caminerías desamparadas. “Incluso después de la cuarentena la gente venía a recrearse aquí, pero ahora el monte cubre las aceras, no se puede transitar tranquilo”.
Humberto Rodríguez se sienta de cualquier forma en uno de los bancos rodeado del crecido monte. Sólo lo hace por las mañanas porque ha escuchado el rumor de delincuentes que rondan por las adyacencias en las noches.

Rodríguez cree que la razón por la que no han desmalezado el Boulevard Caprenco es por falta de personal en la alcaldía. “Aquí vienen a limpiar una vez al año”.
Rivero aseguró que comunidades aledañas también se ven perjudicadas por el deteriorado estado en que se encuentra el bulevar y exhortó a las autoridades municipales enviar cuadrillas de mantenimiento. “El sitio es emblemático para muchas urbanizaciones como Santa Ana, Nueva Esparta, Barrio Colón. Aquí la gente viene a recrearse pero esto está por el suelo”.
El temor de la noche
Yohana España tiene dos meses entrenando en el lugar y no ha visto en ese tiempo a nadie limpiando. Para ella no sólo es el monte lo que impide el sano esparcimiento de los residentes, sino la falta de alumbrado y los desperdicios en las aceras. “Las condiciones son un poco precarias, hay mucho monte, suciedad y escombros en los alrededores. De principio a fin hay basura”.

El pasado fin de semana la Alcaldía de Naguanagua desplegó un operativo de recuperación de 30 luminarias en la calle 186-A de Caprenco. Según la nota de prensa las cuadrillas de Fundanagua seguirían instalando lámparas LED en el sector, pero hasta el momento los vecinos aseguran que en el bulevar no alumbra ningún bombillo.
España quisiera poder entrenar en las noches pero teme por su seguridad. “Después de las cinco esto es una completa oscuridad, los faros no sirven”.
Rivero también está convencido de que la zona se ha vuelto muy peligrosa en lo que se esconde el sol. “Antes había antena de Internet gratis y uno podía conectarse con los teléfonos, pero ahora no sirve el Wi-Fi y sacar el celular es ponerse en riesgo”.