La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena los recientes hechos de violencia ocurridos en el penal estatal de Las Cruces, en Guerrero, México.
Como consecuencia de estos hechos, 28 personas perdieron la vida y por lo menos 3 resultaron heridas.
La CIDH insta al Estado a continuar con la investigación iniciada con la debida diligencia, identificar a los responsables y establecer las sanciones pertinentes.
De acuerdo con información de público conocimiento, aproximadamente a las 4:00 de la madrugada del 6 de julio 2017, en el Centro de Reinserción Social de Las Cruces, de Acapulco, Guerrero, tuvo lugar un motín derivado de la pugna permanente de grupos contrarios en el interior del penal, y que habría iniciado en el módulo denominado “de máxima seguridad”, donde se alojan los internos acusados de formar parte grupos de delincuencia organizada.
Según información oficial, dicho enfrentamiento resultó en que un total de 28 internos perdieron la vida, y 3 resultaran lesionados.
Por su parte, de acuerdo con imágenes difundidas por la prensa, por lo menos, 5 personas habrían sido decapitadas.
Asimismo, de acuerdo con la Fiscalía General del estado de Guerrero, desde el momento en que el gobernador estatal tuvo conocimiento de los hechos de violencia, instruyó a la Policía y a la Fiscalía General del estado a realizar un operativo para recobrar el control del recinto penitenciario. Horas después del suceso, se habrían iniciado las investigaciones respectivas.
La Comisión Interamericana advierte que en el Estado mexicano prevalece una situación de violencia carcelaria. En este sentido, la CIDH ha expresado su preocupación por la reiteración de hechos que reflejan la ausencia de medidas de seguridad efectivas para garantizar los derechos a la vida y la integridad personal de las personas privadas de la libertad.