View to Jerusalem old city. Israel

La nueva fase de la guerra en Siria augura una escalada con Israel y solo Rusia puede mediar para evitar que se rompa la fragilidad de los acuerdos que intentan contener a las fuerzas iraníes, alertó la organización Internacional Crisis Group en un informe publicado.

«Hay muchas razones para no entrar en esta guerra, incluso políticas, pero al mismo tiempo las fuerzas iraníes, tanto en el Líbano como en Siria, establecieron posiciones y fábricas que harán de esta situación algo peor», explicó el analista israelí de Crisis Group, Ofer Zalzberg.

El informe parte de un diagnóstico en el que las reglas del juego entre Israel y la milicia chií Hizbulá, que mantenían una relativa calma desde la guerra de 2006, se han deteriorado y el nuevo escenario refuerza al grupo libanés en territorio sirio junto a fuerzas iraníes, lo que supone un escenario desconocido para Israel.

«Nunca hemos tenido milicias iraníes operando cerca. No sabemos cómo reaccionarán los oficiales israelíes», avisó Zalzberg, que considera que se vive un momento peligroso sujeto a que un error de cálculo desencadene guerra, ahora más probable que en los últimos años.

El actual acuerdo de distensión en el suroeste de Siria, mediado por Estados Unidos, Jordania y Rusia, mantiene de momento a las fuerzas proiraníes lejos de territorio controlado por Israel, pero es temporal y hay signos de que no se mantendrá, consideró.

El Crisis Group cree que el régimen de Bachar al Asar tarde o temprano querrá recuperar Quneitra, limítrofe a los ocupados Altos del Golán, y que cuando eso ocurra se apoyará en Hizbulá y en milicias pro iraníes.

«Y vamos a ver a cientos de chiíes formados y reclutados por Irán y fieles a él yendo hacia Quneitra, en teoría, no contra a Israel, sino contra los rebeldes, como parte de la guerra siria, pero lo que el escenario que Israel divisa es qué hacer después: ¿Se irán o se quedarán? ¿Qué harán?», inquirió Zalzberg.

Los ataques israelíes contra objetivos iraníes han aumentado en el último año ante la relativa pasividad de Al Asad, que no suele responder salvo a ataques puntuales, pero la situación es distinta en el caso de Hizbulá, del que se espera siempre una respuesta.

Ante la volatilidad de las zonas divisorias, Crisis Group considera que el único actor capaz de mediar, pese a la desconfianza que genera, es Moscú.

«Recomendamos por tanto que Rusia refuerce el acuerdo de distensión y lo expanda, para consolidarlo», consideró el analista de Crisis Group.




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