“¡Hola, soy Sam, el tucán!”, así, desde bien temprano, entraba la voz de Chile a nuestros hogares, todos los días, gracias a la cuña de “Fruti Lupis”, de aquella empresa norteamericana de cereales. Y fue la voz de Sam por más de treinta años.

También lo escuchó el venezolano en el papel de “Caramelito, el del windsurf”, el amigo de “Laura, la sin par de Caurimare”. Sí, porque Chile Veloz formó parte de ese gran grupo musical humorista que fue el “Medio Evo”, con su hermano de la vida, Carlos Moreán, Álvaro Serrano, Anita Valencia y Pimpi Santisteban.

Gonzalo Veloz Blanco, nuestro querido Chile, nació en Caracas el 13 de julio de 1947. Es el hijo menor de Gonzalo Veloz Mancera, pionero de los medios de comunicación en el país, notablemente adelantado a su tiempo. Su legado incluye la fundación de la tercera emisora radial de Venezuela, «Ondas Populares», mientras simultáneamente impulsaba «La Voz de Carabobo» en Valencia. No contento con estos logros, el papá de Chile, también llevó al aire tres emisoras más en Caracas y dos en el Zulia.

Y fue Veloz Mancera el que trajo la televisión a Venezuela, porque, aunque se diga que la primera fue Televisora Nacional canal 5, el primer canal fue Televisa, canal 4, de Gonzalo Veloz padre. Por catorce años visitó países, desde Cuba, primer país latinoamericano en tener televisión, hasta Inglaterra, pionero en el mundo y contrató gente que pudiera enseñarle a venezolanos, esta nueva etapa de la comunicación.

Pero el dictador, general Marcos Pérez Jiménez, le pidió a Veloz Mancera que se quedara quieto, porque la primera televisión en salir al aire tenía que ser la televisora del estado, el canal 5; así que el papá de Chile tuvo que esperar más de cinco meses a que abriera Televisora Nacional, pagando sueldos sin recibir nada a cambio, es decir, sin patrocinantes. Finalmente, ya sin dinero, el señor Veloz les dejó Televisa a los empleados. Años más tarde, la adquirieron los Cisneros y se convirtió en Venevisión.

Chile llegó a mi vida hace más de cincuenta años. Mi primo Sebastián Paz, nos había invitado a pasar unos días en su palafito, en Morrocoy. Enrique Blanco, esposo de una prima de María Eugenia, la esposa de Sebastián, compartía su lancha con mi primo y para esas vacaciones, Enrique, invitó a su mejor amigo, que era un flaco altísimo, simpatiquísimo, locutor y echador de chistes llamado Chile Veloz, que fue con su novia, una catira muy linda, cordial y agradable, Jeanette Blanco Uribe.

Además de la belleza que nos regalaba el estado Falcón, con unos amaneceres dignos de ser mostrados en el cine y unos atardeceres también de película, la compañía fue espectacular. Sin duda, pasamos unos días maravillosos.

Entre risas y relatos, Chile contó su viaje con otro reconocido locutor de Caracas, (ahora no recuerdo quién era), a Miami, en julio de 1969, para transmitir en vivo desde Cabo Cañaveral, el histórico despegue del Apolo 11, un evento trascendental.

Chile Veloz, es un apasionado de la fotografía. En una oportunidad, ya después de varios años de amistad, mostraba con orgullo, en una gran pantalla, su colección de diapositivas.

En aquella presentación, desfilaron imágenes de numerosos artistas nacionales e internacionales, entre ellos Stevie Wonder, Piero, Miriam Makeeba, Bruno Filipini, Sandro y Raphael. Fue una experiencia realmente asombrosa. Durante la proyección, Chile compartió que los Veloz mantenían una estrecha amistad con Renny Ottolina, quien había sido uno de los primeros locutores en las emisoras de su padre, en una época en la que aún no usaba sus característicos lentes. Así, cada vez que llegaba alguien de fuera, Renny llamaba a Chile.

Y hablando de fotos, fue Chile quien tomó las mías para las publicidades de mi disco, porque, en 1978, Chile fungía como mi representante y fue él quien me llevó a la disquera PROMUS, con quienes firmé el contrato, la misma de Cecilia Todd y de mi amado Serrat.

Los directivos de Promus, habían decidido hacer una campaña de intriga con mi disco. Promocionarían mi canción “Quiero Ser” y, en cada disco que vendieran, habría un papelito con el nombre de mi canción y una interrogación. Lamentablemente, en esos días, después de haber lanzado mi campaña de intriga, el tan afamado grupo “Menudo”, de otra casa disquera, lanzó una canción con el mismo nombre “Quiero Ser”, que hoy en día recuerdo más que la mía.

Gracias a Chile, tuve experiencias maravillosas, como asistir a la grabación de uno de los discos del “Medio Evo” y de los “Lobin ejnay”. A él le debo mi amistad con todos sus compañeros del “Medio Evo”, y que todavía conservo con Anita Valencia y Pimpi Santisteban.

Mi amor por Chile Veloz y su familia, ha estado siempre ahí. De los hermanos Veloz Blanco, solo quedan Elena Veloz de Peña, a quien quiero cada día más y él. La hija de Elena, Helena Peña de Perfetti, es mi amiga del alma. Y no puedo dejar de mencionar que mi hermano Miguel Ángel y Chile eran compadres, definitivamente, inseparables.
Chile y Jeannette Blanco Uribe, tuvieron un hijo, Gonzalo, “El Gonzo”, que casualmente se llama como su padre, Gonzalo Veloz Blanco y ahora vive en Estados Unidos.

Todavía hay mucho qué contar de Gonzalo Chile Veloz, mi hermano de la vida, pero se me acabó el espacio. Creo que me conformaré con que sepa lo mucho que lo quiero y admiro, aunque no puedo dejar de mencionar que me encantaría volver a escuchar su voz en la radio o en alguna cuña, como la del champú, donde Guillermo Carrasco es quien habla y Chile quien canta aquello de: “Hola pelo lindo, atrapas las miradas donde quiera que vas…”

Anamaría Correa
anamariacorrea@gmail.com




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