En la etapa de estudios del bachillerato se recuerda aquella historia (odiada por muchos) escrita por Homero, «La Odisea», donde Ulises lucha contra viento y marea con miles de obstáculos de por medio, para regresar a Itaca, con su hijo y su amada Penélope.
Esta breve introducción permite preguntarnos: ¿Estamos todos padeciendo del síndrome del emigrante? No es más que lo que describimos anteriormente: luchar contra viento y marea cada día por regresar al hogar, por regresar con la familia, esposos, hijos. No todos deben tener este síndrome.
Es importante tomar conciencia de que si bien es cierto la migración es un tema cotidiano en este momento, aquellos que han decidido partir de nuestras fronteras luchan con esa decisión, pero… ¿qué pasa con quienes quedan en Venezuela? ¿También padecen de algunos síndromes relacionados con la migración?
Para la doctora María Montoya, Directora General de la consultora en materia migratoria Legalys Venezuela, la respuesta es sí. “Incluso en nuestro propio país podemos sentir este síndrome del emigrante, luchando cada día por regresar a casa o las mujeres que se quedan o se van, sufren del síndrome de Penélope a causa de la pérdida o separación de su pareja y familia”.
La mejor forma de abordar el proceso migratorio es con convicción y planificación, refiere la especialista. “Emigrar es algo que debe ser planificado minuciosamente porque mientras más acertada sea la decisión del destino, hay más posibilidades de ser un emigrante exitoso y así poder sobre llevar los efectos emocionales que deja la migración”.
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