***EFECTO INVERNADERO. La conclusión real y definitiva es que el sábado 4-8, en la avenida Bolívar de Caracas, si ocurrió un atentado contra el presidente Maduro; y lo que ahora estaría por comprobarse es si la acción vino de las entrañas del mismo gobierno opresor, o de militares inconformes, de los tantos grupos que tienen vida activa en las esferas oficiales, cuales, perfectamente, pudieron ejecutar un ensayo, en el marco de una estrategia superior, a corto plazo. Otra verdad es que el régimen anda aprovechando las circunstancias para tratar de lavarse el rostro y quitarse las larvas rojas que llevan 20 años comiendo de la corrupción y provocando la peor crisis que haya conocido y vivido el pueblo venezolano, aunque, en medio de la misma confusión, la tiranía también está apretando los desmanes y atrocidades, que son propias y comunes en tales escenarios. Infierno o paraíso.

*** HUÍR HACIA ADELANTE. Eso era lo correcto y es lo previsible en tales momentos de apremio y angustia, pero en la celebración del 81 aniversario de la GNB, la desbandada de militares en formación, al oírse la primera detonación, echó por tierra y puso a prueba el coraje de los uniformados de verde, que recién venían de firmar una carta de lealtad a Maduro, pero que allí, en ese lugar especial, dejaron testimonios de todo lo contrario, equivale decir, que no es tal la lealtad al Presidente, a quien ahora nadie protege de verdad, verdad. Por el contrario, brotaron evidencias, que cada día son menos los que apuestan a su permanencia en Miraflores y que menos aún son los que estarían dispuestos a quemarse las pestañas en defensa de su gobierno. …Paticas, para qué te tengo.

*** ENTRE UNOS Y OTROS. Después del “carrerón” que pegaron los efectivos de la GNB el día del supuesto intento de magnicidio, un gobierno serio y de temple, quizás no de acero, pero sí de bastante consistencia, lo primero en hacer en una situación como la que se dio en la capital, ha debido ser abrir una investigación formal en su propio seno, y no iniciar una descarada cacería de brujas hacia los sectores débiles de su adversidad, como viene ocurriendo con la humillante y vergonzosa escena a que ha sido sometido Juan Resquensen y su familia. Lo procedente, en la lógica castrense y policial, tenía que ser la suspensión de sus cargos de los ministros de Defensa y del Interior, generales Padrino López y Reverol, respectivamente, y del comandante de la Guardia Nacional, convertidos ante los hechos en los principales voceros del régimen, en vez de sospechosos caras tapadas. Igual es menester dudar de las razones por las cuales Diosdado Cabello no ha estado, hasta ahora, ni en el acto de los drones, ni tampoco al lado de Maduro en sus sucesivas actividades, limitándose únicamente a hacer tiros de salvas en los alrededores. Miedo a la oscuridad.

*** UNA Y OTRA VEZ. Con amigos así, no se necesitan enemigos, decían mis antepasados. Y de verdad que el régimen no da pie en bola y en cada paso deja impresas las huellas de su debilidad, tanto que hasta ahora no ha podido probar con versiones de alta credibilidad, que los artefactos detonados en el desfile de la Bolívar, efectivamente estaban cargados con sustancias explosivas peligrosas de elevados riesgos, y no, sencillamente, portadores de pólvora a granel para alarmar y causar daños menores, de sustos y expectativas para incautos. Siete heridos leves, no permite dimensionar el atentado. Humor negro.

*** HAY O NO HAY. Hasta el momento, lo más destacado y cierto, son las mofas, características históricas en la vida pública del señor NM, a quien pareciera que le pesa poco que en él ya nadie creyera. No son ni han sido cuentos de camino. Si la muerte lo rondó, ni cuenta se dio, o conocía en demasía todos los detalles intrínsecos de la trama, como la blancura de la nieve. Los testigos de lo ocurrido sostienen que la estatura o escasa corpulencia de los guardaespaldas del Jefe de Estado, le servían de poco para protegerlo, como tampoco hubo eficiencia en los encargados de cuidar la vida de Cilia Flores, abandonada a su suerte cuando se oyeron los trique-traque iniciales en las adyacencias de la tribuna, y ni siquiera entre los custodios del petrificado Padrino López, inexorables descuidos que añaden más desconfianza en los testimonios oficiales del fortuito caso, de ciencia ficción o aventuras de media noche. Niños de pecho.

*** ASPAVIENTO SIN RUIDO. …Santos me quiere asesinar, exclamó Maduro, al término de las escaramuzas del primer sábado de agosto, como adelantando el trayecto ante el inminente ascenso de Iván Duque en la presidencia de Colombia, episodio que no podía evitar ni apartar de sus tormentos, los cuales, por cierto, lo tienen durmiendo fuera de Miraflores, con un ojo abierto y el otro cerrado, y lo más grave, sin poder conciliar al sueño. Ya Duque es inquilino del Palacio de Nariño, desde donde manda de verdad, aterrando a su vecino, quien memoriza que ya una vez Chávez, en aprieto similar, consiguió reconciliarse desde Santa Marta con el anterior mandatario colombiano, pero la diferencia sea, en los actuales momentos y realidades, en que el nuevo Jefe de Estado en Colombia tiene por detrás, al nada menos que Álvaro Uribe Vélez, quien no pide ni da cuartel. Sueño amargo.

*** LA VOZ DEL PUEBLO. “Hay que escuchar al pueblo”, le sugirió María Isabel Rodríguez a su marido de entonces, el presidente Chávez, también atormentado en su época por la presión colectiva. Y es como un escarmiento en la actual realidad nacional, cuando solamente en julio pasado se registraron 583 protestas públicas, reseñadas por los medios y en las redes sociales, más otras 291 que se dieron sin mayor ruidos, para aglomerar un total de 880 movilizaciones de inconformidad social, organizadas espontáneamente por la gente, sin responder a lineamientos de la oposición, que se ve cada vez más fraccionado, y que mejor es que no se ha hecho sentir en esos eventos. Abismal, eso sí es, la presencia y participación del chavismo puro y protestatario, que en términos crecientes sufre y siente los mismos efectos devastadores de la crisis, por falta de alimentos, medicinas y sobrada inseguridad. A brazo partido.

*** RECOJAN LOS VIDRIOS. Transcurridos 12 días del fatídico y publicitado acontecimiento cerca al Silencio, a ninguno de los dos indiciados de Valencia se les podrá comprobar participación directa en el suceso. Ni a Omar Delgado Taboski, hijo del dueño de la Clínica Elohim, antigua Santa Bárbara en la Isabelica, ni a Raider Russo, les han encontrado indicios comprometedores y menos de haber sido financistas del hecho. Apenas saltan subterfugios porque a los dos se les atribuye vinculación con el Grupo de Oscar Pérez, quien asumió la autoría de la toma del Fuerte Paramacay en Naguanagua, pero, como ahora, sin pruebas incriminatorias suficientes contra ellos, al extremo de que la incautación de la misma clínica en aquellos días, había sido dejada sin efectos, por lo cual solo a manera referencial, son sospechosos de archivo a futuro, porque hasta el mismo ex inspector del CICPC, calificó a ambos de ser agentes encubiertos del G-2 cubano. Los platos rotos.

*** EL REY ESTÁ DESNUDO. La furia tiránica de Maduro contra Julio Borges tiene raíces en la posición que el parlamentario de PJ asumió en República Dominicana, cuando a pie puntillas se negó a firmar los acuerdos del diálogo que promovió Rodríguez Zapatero, como fórmula para enfrentar la crisis del país, pero que no pasaron por las exigencias de la malograda MUD, contemplando elecciones presidenciales libres, un CNE autónomo y confiable y por la rehabilitación de los principales líderes y partidos de oposición. Desde entonces se la juraron al expresidente de la AN y ahora le pasaron la factura en rojo. Tampoco le perdonan a Borges haber sacado a relucir y hacer público el voluminoso desfalco que habría dejado Diosdado Cabello en su paso por la Gobernación de Miranda, en donde además habría establecido marca de irregularidades administrativas y records de corrupción, recopilados en documentos probatorios irrebatibles. El padre de la criatura.

*** OVEJA DESCARRIADA. A propósito de las andanzas del fulano Cabello, está planteado que sea el próximo objetivo de la Fiscal, Luisa Ortega Díaz, quien al concluir el juicio por corrupción en Odrebecht que ahora se ventila en el TSJ en el exilio contra Maduro, enfilará sus baterías hacia el actual presidente de la mal llamada ANC, convencida de que él acumula más rayas que los mineros del Callao, y más delitos encima que el Chacal. Los que siguen de cerca las actuaciones de Ortega Díaz, y que la critican por no haber actuado a tiempo años atrás, hay que atajarlos con el viejo axioma “de que es mejor tarde, que nunca”. Es ahora cuando mayor valor y oportunidad tienen las denuncias, si, efectivamente, están bien soportadas, porque existe vigente un compromiso de que EE.UU. hará respetar lo que se decida en el Tribunal Supremo de Justicia nombrado legalmente por la Asamblea Nacional, y que actualmente delibera desde Bogotá. Paciencia, que el equipo gana.

*** COPIA AL CARBON. El régimen venezolano se adentra en la exportación de delincuentes, haciendo lo que hicieron los Castro hace algún tiempo, cuando por solidaridad y benevolencia humanitaria, Estados Unidos abrió sus fronteras a los cubanos por Florida, y en un abrir y cerrar de ojos llenaron a Miami con presos comunes sacados por lotes de las cárceles, prostitutas recogidas en los burdeles y enfermos evacuados de los hospitales siquiátricos, en un proceso que tuvo 8 meses de duración y a través del cual llegaron a territorio norteamericano más de 125 mil indeseables. La historia se repite y la recogen los medios de comunicación de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, que casi a diario reportan la aprehensión de bandas de venezolanos asaltando negocios, secuestrando, robando a cielo abierto y hasta cometiendo crímenes a plena luz del sol. Profundas coincidencias.

Por Francisco M. Pérez efeemeperez@yahoo.com




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