La operatividad de las unidades de transporte en el municipio San Diego está siendo afectada por la escasez de gasolina y gasoil en Carabobo, advirtió el presidente de la asociación civil Unión La Esmeralda, Wuilkin Marín. La mayoría ha optado por recortar las rutas para rendir el combustible.
Marín lamentó que el 64% de los choferes de vehículos a diesel se encontraran haciendo las colas en las estaciones sin producir ganancias. “Está difícil la situación porque nuestros trabajadores pasan hasta dos noches durmiendo en las camionetas, esperando llenar los tanques”.
La circulación de autobuses comenzó a mermar hace un mes, cuando la asociación tuvo que paralizar definitivamente las 26 unidades a gasolina con las que contaba porque les negaban el suministro en las bombas, detalló el jefe de la cooperativa.
Marín explicó que el lunes pasado algunas unidades lograron abastecer el mínimo necesario para no pernoctar otra noche en las filas, pero insuficiente para volver al trabajo. “Nos echaron apenas 20 litros para que fuéramos a nuestras casas y regresáramos la mañana siguiente”.
La ley del silencio
La mayoría de los conductores y colectores evita hacer denuncias por miedo a represalias de los funcionarios de seguridad, quienes controlan las estaciones de servicio y vigilan el tránsito en el municipio. “Cuando se enteran de que uno anda denunciando recibimos muchos maltratos. Nos paran a cada rato, bajan a los pasajeros y no nos dejan trabajar tranquilos”, se quejó uno de los conductores que se negó dar su nombre.
Marín denunció que algunos oficiales les piden de cinco a 10 dólares a los trabajadores de la asociación para llenar medio tanque de gasoil. Sin embargo, ninguno de los choferes ha formalizado la denuncia. “Aquí todos saben lo que está pasando y lo que estamos padeciendo, no hace falta decir nada”, opinó otro conductor.
Acortan rutas
Una de las medidas que ha tomado la asociación es acortar algunas rutas para rendir el poco combustible que les queda. Antes casi todas las unidades partían desde el terminal en el Pueblo de San Diego y culminaban su recorrido en la estación Lara del Metro de Valencia.
Ahora la mayoría de las camionetas no sale de San Diego: llegan hasta la pasarela a la altura del C.C Metrópolis, lo que obliga a los usuarios con destino a la capital carabobeña a tomar otro autobús, gastando otro pasaje e incrementando el riesgo de exposición al COVID-19.
Alternativas
Marín aseveró que ante la crisis de combustible, muchos de los miembros de la cooperativa se han dedicado a otros oficios que les permitan subsistir. “Todos hacemos cualquier cosa, que no tiene que ver con el transporte, porque no podemos echarnos a morir”.
La situación en la asociación es insostenible. Los integrantes sostendrán una reunión con la junta comunal, con la esperanza de encontrar posibles soluciones que beneficien tanto a los usuarios como a los trabajadores.
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