Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).

“El borracho ve precioso hasta lo feo… pero al día siguiente ve horrible hasta lo bonito”… Armandina Cisneros de Uslar.

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Hoy y mañana son Días del Correo ¿Enviaste nombre, apellido y la ciudad o la población desde dónde escribes?.

 Oscar A. Sanabria, de Yaritagua, pregunta…: “¿Es cierto que hay un estadio en México, a través del cual pasa un tren?”.

Amigo Caro…: Sí, pero no. O sea, existió, pero ya no existe. Era el de Tampico, cuna de los Alijadores. Durante los juegos, en cualquier momento entre el cuarto y el séptimo innings, siempre llegaba el tren a la ciudad, hacía sonar su pito tres veces, ¡piiiiiif!… ¡piiiiiif!…. ¡piiiiiiif!, el chief umpire pedía “¡tieeeeempo!” y se abría un enorme portón en la esquina del rightfield. Por ahí entraba la locomotora, de aquellas movidas con carbón y mucha agua… Chas, chas, chas-chas-chás, y la enorme y negra máquina entraba, con un letrero blanco en su barriga, “N DE M”, que anunciaba “Ferrocarriles Nacionales de México”. Se removían los rieles, porque arrastraba 40 o más vagones casi todos con víveres, dos o tres de pasajeros.

Espectáculo adicional para fanáticos, peloteros y los demás, los cuatro minutos que demoraba su paso por el lado allá del infield, no muy profundo hacia el centro, y un sonido más de su sonoro pito, ¡fuíííííííf!. Otro portón abierto por el extremo del leftfield, dejaba salir la máquina y sus vagones, chas, chas, chas-chas-chás, chas-chas-chás, chas-chas-chás, hacia la estación de la ciudad.

Mike Paul, ahora en sus 72 años de edad, fue pitcher importado de los Alijadores, y un día que no le tocaba lanzar, pidió al mánager permiso para montarse en el tren, entrar al estadio y salir, “a ver qué se siente”… Y lo sintió.

Además, más allá de las bardas del centerfield, pasaba cerca de ese estadio el río Panuco, para complementar lo extraño del caso.

El estadio permaneció activo desde 1940 hasta 1985, especialmente con los Alijadores, campeones en 1975, dirigidos por Benjamín (Papelero) Valenzuela, y Héctor Espino cuarto bate. Pero también jugaron ahí equipos con otros nombres.

Tommy Morales, insigne periodista mexicano y notable amigo, me ayudó para esta respuesta. ¡Gracias, Tommy!.

Roberto Burboa C. de Hermosillo, pregunta…: “¿Cuál era el nombre del bigleaguer a quien llamaban Einstein porque hablaba siete idiomas?”.

 Amigo Beto…: Moe Berg, receptor que jugó en Grandes Ligas, con cuatro equipos, entre 1923 y 1939. También fue espía de la CIA.

Omar Méndez, de Punto Fijo, pregunta…: “¿Ha habido en el beisbol del Caribe, dos lanzadores, padre e hijo, que hayan lanzado no hit no run cada uno, como Urbano Lugo padre e hijo?”.

Amigo Maro…: No conozco otro caso.

ATENCIÓN.- Puedes leer todo el archivo reciente de “Juan Vené en la Pelota”, si entras en internet por “el deporte vuelve a unirnos”.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

Jbeisbol5@aol.com

@juanvene5      




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