Falleció la adolescente Adrianna Franquiz, de 14 años, quien se encontraba recluida en el hospital Miguel Pérez Carreño junto con otros afectados por los gases tóxicos de la bomba lacrimógena que arrojaron la madrugada del sábado en el interior del club de ecuatorianos en El Paraíso.
La menor estaba entre los pacientes más delicados que quedaron recluidos en el referido centro asistencial y dejó de existir en horas del mediodía del domingo.
Ayer el cuerpo se encontraba en la morgue de Bello Monte, donde se observaba a sus padres y otros familiares. La madre sufrió una crisis. Solo se supo que la muchacha era la menor de tres hermanos.
Con Adrianna sumarían 18 fallecidos según la cifra oficial, aunque hay versiones extraoficiales que indican una cantidad mayor.
En la morgue también estaban los familiares de Lourdes Katherine Palacios Navas, de 21 años, quien falleció dentro del local el sábado. No la han sepultado porque están esperando la llegada de una tía proveniente de Colombia.
Lourdes vivía en Gramoven, Catia, con su abuela y sus hermanos. Trabajaba en una agencia de lotería y estudiaba bachillerato por parasistema.
El viernes al salir del trabajo la llamaron dos primos para invitarla a una fiesta de promoción. Ella no quería ir, pero la convencieron y se fue, comentó su madrastra Brígida Suárez.
En el tropel la muchacha se cayó bajando las escaleras, perdió el conocimiento y los que huían le pasaron por encima. Murió asfixiada.
Cuando llamaron al papá de Lourdes le dijeron que había tenido un accidente y estaba en el Pérez Carreño. En el hospital le dieron la noticia. La muchacha era madre soltera y dejó una niña de 3 años y medio.
Este lunes serían presentados en tribunales los detenidos por el caso, entre ellos la encargada del club, Myriam Guzmán (42) y el jefe de seguridad Manolo Jean Canela, de 41. Los otros detenidos son 8 jóvenes, en su mayoría menores de edad, algunos eran organizadores del evento, otros participaron en la riña ó arrojaron el artefacto.
Entre los adultos presos se mencionan Gilberto Petit (19), Cristian Guevara (19) y Santiago Omaña (18). Los demás tienen 16 y 17 años.
La versión que repiten los testigos referenciales es que en la fiesta se encontraron los grupos rivales, se metieron a los baños a discutir, comenzó la pelea, sacaron cuchillos, uno de ellos desenfundó un facsímil de pistola, en medio de la trifulca salieron a la pista y uno arrojó la bomba. El responsable directo de activar el artefacto es un joven de 17 años.
