La rutina no puede fallar. Una hora de retraso para Juan Aguilar puede significar una complicación en la salud de su padre. Por eso llega todos los días a las 6:00 a.m. a la cola de recarga de oxígeno que se hace en las puertas de una empresa, en el sector La Candelaria de Valencia, a donde va la mayoría de los familiares de pacientes con COVID-19 que se tratan la enfermedad en sus casas.
Ya son dos las semanas que cuenta siguiendo la misma dinámica. “Me levanto a las 5:30 a.m., me preparo rápido y monto en el carro las cinco bombonas para llenarlas”. Nunca está solo porque solo permiten dos cilindros por persona y su papá consume cinco al día.
Llega con algún amigo o familiar, muchas veces antes de que salga el sol, a la empresa ubicada en la avenida Andrés Bello con calle López. Cada uno entrega dos bombonas de oxígeno, pagan 20 dólares por cada una y se van, para regresar después de mediodía a buscarlas recargadas. Es un proceso que puede tardar dos o cuatro horas, depende de la cantidad de personas que haya en cola.
El quinto cilindro lo recarga en otro lugar a tres cuadras. Ahí se lo dan lleno inmediatamente, pero cuesta 25 dólares. En total, gasta 105 dólares diarios, solo en oxígeno.
Cuentan con seis bombonas. Es la única alternativa para que el paciente esté conectado permanentemente a oxígeno, como lo requiere, de acuerdo a las indicaciones del médico al que le pagan 30 dólares por las consultas a domicilio. A eso se suman 50 dólares diarios entre las dos enfermeras que cuidan al padre de Juan en su casa.
Afortunadamente, los cilindros se los prestaron. “Alquilarlos sería imposible porque cobran hasta 100 dólares al día”. Los gastos que ha implicado el tratamiento los han cubierto gracias a familiares que están en el exterior, “de lo contrario, no podríamos”.
Es una experiencia que Juan califica de “terrible”, y que Luis Pulido ya tiene 12 días transitando con su padre de 69 años, a quien también tratan en casa. “Hemos evitado llevarlo a una clínica”, expresó preocupado porque ya tiene un día desaturando y comenzó a requerir oxígeno.
Él llegó a las 10:00 a.m. a la cola y mientras esperaba su turno preguntaba si había otro lugar con menos gente. La respuesta de quienes estaban a su alrededor fue que sí, pero que tendría que pagar mucho más.
Aumento de casos
En la cola por oxígeno no solo se ve a familiares de pacientes con COVID-19. También hay trabajadores de diferentes empresas privadas que prestan el servicio a domicilio y hasta médicos que atienen a sus pacientes en sus hogares.
Joaquín Fuentes es un joven doctor que estaba en el lugar la mañana de este viernes. Fue para recargar dos cilindros que necesitaba para llevarle a un paciente en una dinámica que se ha vuelto más intensa para él desde hace tres semanas.
“Los últimos días la situación se ha vuelto muy complicada con los centros hospitalarios colapsados y las clínicas impagables. Por eso hay quienes prefieren tratar a sus familiares en casa”.
Es un servicio que ofrece, junto a otros tres colegas, por 50 dólares diarios que incluyen la consulta y el servicio de oxígeno.
En su labor ha confirmado un incremento de casos. “Hasta hace mes y medio teníamos solo un paciente a la vez, ahorita tenemos cuatro, y no atendemos más porque no tenemos la capacidad, pero hay mucha gente solicitando el servicio”.
Carabobo, de acuerdo a las cifras oficiales, acumula 19 mil 762 contagios por COVID-19 y durante las últimas semanas ha liderado en varias oportunidades las cifras nacionales respecto a casos diarios.
