Gerencia en Acción/ Precaria situación del sistema educativo venezolano

La situación política, social y económica por la que está atravesando Venezuela, afecta directa e indirectamente el funcionamiento óptimo de calidad del sistema educativo y, por lo tanto, restringe el ejercicio del derecho a la educación de nuestros niñ@s y adolescentes.

“La crisis económica ha alejado a muchos docentes de las aulas. Cifras de organizaciones como la Red de Educadores en Defensa de los Derechos Humanos señalan que la deserción de maestros se ubica en 45%, es decir, que el número de profesionales de la educación que han abandonado los salones de clases en los niveles básicos se ha reducido a la mitad”. Elucabista.com

La situación política, social y económica por la que está atravesando Venezuela, afecta directa e indirectamente el funcionamiento óptimo de calidad del sistema educativo y, por lo tanto, restringe el ejercicio del derecho a la educación de nuestros niñ@s y adolescentes.

Como ha sido puesto en evidencia, en diversas fuentes, un componente esencial de la crisis humanitaria que afecta al país, es el alto y progresivo deterioro del sistema educativo venezolano -desde educación inicial hasta los postgrados universitarios-, en términos d; docentes, infraestructura, servicios básicos, equipamiento, recursos pedagógicos y materiales.

El acceso a la educación, tal como establece el enfoque de derechos humanos, y como se ha indicado en publicaciones recientes, no se limita a la existencia de escuelas en cantidad suficiente para atender a la población en edad escolar en un país. Para que exista un acceso real, se debe garantizar que existan las instalaciones, que éstas estén en óptimas condiciones, que cuenten con los servicios necesarios e indispensables para su funcionamiento, y con los recursos (humanos, pedagógicos y materiales, que incluyen equipamiento, mobiliario y materiales en general), que permitan garantizar educación de calidad para todos y sin discriminación, también que el Estado facilite la incorporación de la población correspondiente, provea los insumos para que se mantengan en el sistema y culmine la formación completa; y además, que el proceso educativo se realice en condiciones tales que se garantice el éxito de la formación.

Con respecto al sistema de alimentación escolar, la situación es alarmante porque, como ya es información conocida, una alimentación deficiente, influye directamente en las condiciones de aprendizaje de los estudiantes. De hecho, esa es la razón por la que se incluye este aspecto como parte de la canasta educativa, y los datos reportados en los estudios, corroboran lo que ha sido puesto en evidencia, a través de las noticias y reportajes puntuales, en múltiples medios de comunicación.

En este caso, la situación tiene dos componentes: la ausencia reiterada en muchas escuelas de la alimentación provista en horario escolar, como parte de la política educativa del Estado y la inadecuación nutricional de las comidas ofrecidas, de acuerdo a los estándares establecidos y a las características de la población a atender. En efecto, solamente el 11% de las escuelas que formaron parte del estudio de FUNDAREDES dijeron que se cumplía diariamente con el programa de alimentación, y de la totalidad apenas el 1,4% dijo que la alimentación cumplía con los valores nutricionales adecuados.

Con respecto a los otros dos componentes de la canasta educativa, uniformes y útiles escolares, por las propias informaciones de prensa publicadas por el Ministerio Popular Para de Educación (MPPE), se sabe que parte de la dotación no se entrega al inicio del año escolar. Efectivamente, hay múltiples informaciones anunciando entregas en escuelas específicas, durante todo el año, lo que constituye un problema en la instrumentación de esa política, ya que los uniformes y los útiles escolares deben ser suministrados a todos los estudiantes que los requieran, al inicio del año escolar para eliminar las restricciones potenciales del acceso, derivadas de su falta y las consecuencias en el desempeño de los estudiantes desatendidos.

Otros resultados que reafirman el deterioro de la educación, es que las escuelas no tienen las condiciones para funcionar y en algunos casos, no cuentan con pupitres por lo que los estudiantes deben sentarse en el suelo. Estos resultados también reportan las fallas en los servicios de agua y electricidad, de forma recurrente en un 93% de las escuelas en la nación.

Solamente el 3% de las escuelas cuentan con un servicio que permite brindar primeros auxilios a docentes y estudiantes durante el horario escolar y que los estudiantes no cuentan con un seguro médico. Por otra parte, dichas investigaciones, reportan en su informe, que los docentes cuentan con un seguro médico, pero con una cobertura simbólica que no permite que estos puedan atender sus problemas de salud. Este dato es especialmente relevante en la situación de crisis humanitaria compleja por la que atraviesa Venezuela, debido al incremento de los problemas de salud en todo el territorio nacional.

Esta situación se agrava más por la ausencia de planes por parte del Estado venezolano, para atender a todas las situaciones problemáticas que afectan el buen desempeño educativo; así como la falta de lineamientos adecuados, más la imposición de políticas no acordes con la realidad de las escuelas y liceos nacionales, agrava aun más la situación, lo que se traduce en el desconocimiento y la falta de asistencia al sistema de educación (educación inicial hasta la básica), vulnerando el derecho a la educación de millones de niñ@s y jóvenes.

Dada la diversidad de condiciones y de situaciones en las que se han venido desarrollando las actividades en las escuelas y liceos de Venezuela, y la ausencia de información detallada, completa y real que debería ser suministrada por el MPPE, se hace muy difícil tener un balance completo de la realización del derecho a la educación en el país.

Ante esta realidad cotidiana, cualquier escuela o liceo esperaría que los funcionarios de MPPE pasaran con frecuencia para ver cómo han podido sortear tantos obstáculos y proponer opciones de solución, ayuda y apoyo para que estos centros de enseñanza puedan cumplir con su trabajo, ya que corresponde al Estado, a través del MPPE, garantizar el derecho a la educación, sin embargo, es que las visitas que hacen esporádicamente estos funcionarios son para “presionarlos” y “acusarlos” de que ellos como centros educativos “hacen lo que quieren”. Se puede interpretar de esta situación, que también es evidente que, la función supervisora, en el sistema educativo, puede apreciarse desdibujada.

Para que se pueda garantizar educación de calidad para todos, es imprescindible, por una parte que existan suficientes centros de enseñanza (educación inicial y básica), con condiciones óptimas para la realización plena del derecho a la educación y con una ubicación y un sistema de transporte que impida que ningún niñ@ o adolescente, se quede sin poder disfrutar del derecho a la educación.

Las situaciones planteadas anteriormente se repiten tanto en los centros de educación diversificada, así como también en todos los niveles de pre, postgrado y doctorales de las universidades autónomas. Lo que conlleva que cada día se vea más deteriorada la calidad de la educación que se brinda en dichos centros de aprendizaje.

¡SI NO HAY CALIDAD EN LA EDUCACIÓN, NO PUEDE HABER UN PAÍS COMPETITIVO!

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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Chichí Páez
Chichi Páez

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