Muchos esperan con ansiedad la llegada del 10 de enero como un día mágico en el cual se imaginan que Maduro abandonará el poder. Eso creen, porque algunos sectores de la oposición han ignorado y prácticamente desconocido, tanto la declaración de la AN de enero de 2017 por abandono absoluto del cargo, como la sentencia emitida tras juicio por corrupción del TSJ Legítimo en el exilio, dejando a los aliados de otros países, ante el silencio total de la propia AN, como opción irrefutable la expiración oficial del período presidencial como fecha válida, ya que consideran inexistente esa farsa del 20 de mayo donde supuestamente Nicolás Maduro fue reelecto para otro periodo constitucional que comenzaría el 10 de enero de 2019. Pues amigos, siento decirles, que no se hagan falsas ilusiones. Lo digo por lo siguiente: aquí nada pasará mientras los venezolanos no provoquemos un evento que ocasione el quiebre definitivo del régimen.

La inmensa mayoría de los ciudadanos no se calan este régimen, es decir, su popularidad está por el piso; pero eso poco importa a los tiranos, ya que su única preocupación es sostenerse en el poder, aunque sea sin el respaldo popular.

Y se mantienen en el poder a fuerza de terror y sobornos. Por eso debemos crear urgentemente una misión que tenga solo un propósito: ¡el desalojo de la tiranía! Cualquier otra prioridad, nos convierte automáticamente en cómplices del crimen organizado que se incrustó en el poder.

Terror a la población.-

El terror promovido desde Miraflores contra los ciudadanos está a la vista. No solo cuando en medio de manifestaciones la Guardia Nacional y Colectivos armados deliberadamente han asesinado a jóvenes inocentes, dejando como evidencia imágenes que se han hecho virales en las redes sociales. Además, han dado rienda suelta al “hampa común” para convertir a los conjuntos residenciales en grandes cárceles en las que los vecinos se encierran por temor a ser víctimas de la delincuencia y en muchos casos, ni así logran salvarse.

Sobornos a funcionarios.-

La tiranía se ha encargado de convertir en cómplices necesarios a quienes dirigen las instituciones responsables de garantizar el estado de derecho.

Es importante que tengamos en mente que, no habiendo estado de derecho lo que suceda para reestablecer el orden jurídico estaría plenamente justificado en la doctrina constitucional. Desde luego, eso no es soplar y hacer botella, es menester que cierto número de venezolanos con capacidad de convocatoria y con preparación se involucren en esa idea.

Que se entienda bien, no le estoy poniendo siglas a ese cierto número de ciudadanos. No hablo ni del Frente Amplio, ni de Soy Venezuela (organización con la cual comparto ideales y adicionalmente pertenezco a su Consejo Consultivo), tampoco me refiero a ningún partido político. Hoy estamos viviendo horas exclusivas de los ciudadanos no necesariamente afiliados a organizaciones partidistas. La única línea que hay que seguir es la de liberar a Venezuela de este yugo que la oprime y que ha impulsado a los ciudadanos a emigrar.

Sin militares no vamos para el baile.-

Estamos atravesando los peores momentos de la historia venezolana, y seguiremos hundiéndonos mientras no entendamos que desde hace tiempo esto pasó de ser un tema estrictamente civil. Hago esta advertencia, para aclarar algunos puntos. En una democracia ni de casualidad mencionaríamos a los militares porque ellos tienen su rol y punto. Pero como esto no es democracia sino una indiscutible organización criminal con ramificaciones internacionales, pues entonces necesitamos no solo a los civiles que desarrollen las estrategias de la recuperación nacional y el restablecimiento de la república sino también al brazo armado que funja como plan república en esa misión.

No se espeluquen, ni digan que al invocar la presencia militar, lo que estaría planteado entonces sería un golpe. El que diga eso o está con el régimen o simplemente no ha entendido a lo que nos enfrentamos. Pudiéramos asegurar que ya existe un plan de recuperación para Venezuela en el que la comunidad internacional desempeñará un papel fundamental, han dado muestras de querer involucrarse luego de salir de este desastre, pero antes ni el régimen lo permite ni a ellos les estaría permitido hacerlo sin tener interlocutores confiables, creíbles y además, aceptados por los venezolanos.

Siendo esto de esta manera, se impone que la estrategia contemple acciones hacia lo interno y otra hacia lo externo. A lo interno: tender puentes entre civiles y militares. Aquí debemos incluir a aquellas personas que en un momento creyeron en esta sarta de malandros pero que no se mezclaron en sus fechorías, estoy convencido que hay cientos de miles. Esto no quiere decir que hay que hacerles ofertas ni hablarles en términos populistas. Nada de eso. Hay que hablarles con la verdad para sumarlos a la cruzada libertaria. Decir que basta de robadera, que aquí a nadie se le regalará nada, que no habrá bonos para pedigüeños ni para vivarachos, ni tampoco se fomentará la holgazanería. Explicarle que la única manera que tienen las naciones de ver prosperidad es mediante el trabajo y las libertades económicas, donde el gobierno se preocupe más por la seguridad que por aquellas actividades que deben ser manejadas por particulares, que puedan generar competencias en los precios e impere la ley de la oferta y la demanda. Eso poca gente lo dice porque piensan que así jamás obtendrán “votos”. Pues, como no andamos en elecciones, es momento de desarrollar la única manera de engrandecer a Venezuela. Otra cosa, se equivocan aquellos que creen que la mayoría de los venezolanos son holgazanes. Muy a pesar del esfuerzo del régimen en alimentar la holgazanería, los ciudadanos quieren trabajar y esforzarse para tener sus propiedades, con muchísimas personas he hablado en todo el país y he notado que se ha comprobado que el Socialismo es la farsa del siglo XXI.

Sin la comunidad internacional tampoco vamos para el baile.-

Así como les advertí que sin los militares jamás podremos zafarnos de los criminales que hoy someten a millones de venezolanos, también debo señalar que sin la comunidad internacional tampoco lo lograríamos. Recuerden, no estamos frente a un mal gobierno, sino frente a una organización criminal con ramificaciones en el mundo entero. Por tal razón, la mayor parte del mundo está dispuesta a ayudarnos en esa misión del desalojo.

Finalmente, son varias las ideas que al respecto debemos tener siempre claras, nada va a ocurrir mientras los venezolanos no lo provoquemos. Nada es gratis cuando hablamos de relaciones internacionales así que en el aquí y en el ahora, ningún país hará por nosotros lo que a nosotros corresponde hacer, aunque ello no signifique que podamos contar con el apoyo y la ayuda de pueblos hermanos. Pero para que esto ocurra, debemos demostrar que realmente queremos ser libres. Que nadie se crea la historia de que lo hemos hecho todo para salir de este régimen. Toda gran empresa requiere de un esfuerzo conjunto y contundente para que esa recta final culmine en una gran victoria.

Quiero que esto siempre lo tengamos presente, la comunidad internacional no tendría ningún interés en ayudarnos, a menos de que esté convencida de que queremos ser libres, y que una vez conquistada esa libertad la defenderemos hasta con la vida de ser necesario.

La decisión está en nosotros. No esperemos acciones de la comunidad internacional sin nuestra decidida participación.

 

@pabloaure




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